Hay que tener mucho cuidado con ésto porque si escogemos mal, estaremos agravando aún más el problema o las carencias que nuestra piel esté sufriendo en ese momento concreto.
En segundo lugar, se recomienda aplicar la cantidad justa de producto (una avellana más o menos) a ser posible con una espátula para evitar contaminar la crema. Después, la calentaremos con las manos unos segundos para conseguir una textura más fluida que se extienda con más facilidad y para potenciar los activos del productos. Y posteriormente la aplicaremos mediante un masaje comenzando por la frente desde el interior hacia el exterior con movimientos leves continuando por la zona media desde la nariz a las mejillas y finalizando desde la barbilla hacia las orejas.En esta zona realizaremos movimientos suaves de arriba hacia abajo. Con este masaje favorecemos el drenaje y la microcirculación lo que aumentará la efectividad de la crema además de aportar luminosidad a la piel. ¿Qué os parecen estos consejos?