Eh… ¡que me lo habíais pedido muchas; no digáis que no os escucho! Eso sí, si lo tuyo es escribir un superblog, olvídate… no soy tu chica
Yo en el mundo de los blogs, sigo siendo ésta:
Os pongo en antecedentes: ni idea de qué hacer con un blog, pero hace dos años escribo mi primera entrada en blogger… No me lee ni la mosca de la tele, pero empiezan a leerme cuatro desconocidas que se me aparecen en el camino para darme la mano, y que sigo admirando a día de hoy por lo geniales que son. Aquí toca mención a Mateo y la Luna, porque ella lo vale, y a ¡Oh, pero esto se come! porque ella se lo guisa y ella se lo come (y de vicio que le sale)
Resulta que tan feliz de la vida en mi ignorancia bloguera andaba, cuando aparece en mi camino Diario de Algo Especial, quien me da la mano en twitter y me pone en contacto con una vorágine bloguera que me dejaría en shock. Uy, uy, uy, ¿pero esto que es? ¡Si hay una blogosfera maternal enorme! ¡Y no te digo en otras áreas! Ahí me aturullé, a parte de nacer Emma. Aquello me dejó K.O. ¡Si esto es cosa de profesionales! Necesito un nombre… ¡Mamá qué sabe!
Así que me debatía en aquellos momentos entre un ¿qué pinto yo aquí? y un ¿y por qué no voy yo a mi bola? Ahí fue cuando estuve a punto de morir en el intento… y conmigo este blog (bueno, ahí y unas cuantas veces más cuando perdía mi propio rumbo) Y aquí mi primera lección:
Si te dedicas a observar a los demás durante demasiado tiempo no lo tienes para ser tú misma con tu blog. Así que mira un poco, mira bien, ¡y a lo tuyo bloguera! que el blog no se escribe solo…
Cuando yo empecé a escribir tardaría fijo mínimo dos horas… ¡Dos horas! ¿Dos horas? ¡Qué barbaridad! ¿Una madre? ¡Tú estás loca si pretendes escribir un blog siendo madre y dedicándole dos horas! Porque luego fijo que te metes en el Facebook y en el Twitter, en el Instagram, el Google+, y el “cukirobatiempo” del Pinterest. Ahí fue cuando también quise morir en el intento: nenaaaa… ¡olvídate de ese tiempo que tú no estás jubilada ni tus hijos tienen nido propio! ¿Pero y qué hago? Aquí vienen otros cuantos consejitos:
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HUELGA A LA JAPONESA: ya vas por tu siguiente intento de abandono; a la siguiente fijo que abandonas, y ahí sí que te va a doler la caída… Necesitas demostrarte y demostrar que tú no eres de las que abandonan. Tú eres de las que coges fuerza y te comes el pastel enterito. ¡Ahora voy y escribo un post al día! ¿Un post al día? ¿Y sin anestesia? ¡Un post al día y punto pelota! ¿Para qué tanto? Porque necesitas ritmo, ritmo, ritmo…
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DÉJATE DE REMIRAR EL BLOG: y lo que escribes y borras, reescribes y vuelves a borrar… si tú no eres perfecta aunque te guste controlar todo, sé buena escribiendo (y me refiero a no tocar las pelotas a nadie) y no tendrás que arrepentirte de nada (de hecho también existe el estilo tocapelotas y no pasa nada) ¡Es tu blog! Si cuidas tu lengua, cuida tus dedos ¡y punto pelota! Ritmo, ritmo, ritmo, y con él mejorarás a base de práctica, pero no a base de tiempo.
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SACRIFICIO: ¿ahhh, pero que esto no te gusta? ¡Pues olvídate! Hasta que cojas el ritmo, algo has de sacrificar para sacar tiempo. Los niños no, y el marido… ¿puedo sacrificarlo a él? ¡Nooooo! A ese tampoco, ¡que tiene que ser tu aliado! Ahhhh, vale, ya sé: sacrificaré el sueño. Ritmo, ritmo, ritmo.
Cuando me quise dar cuenta era capaz de escribir un post en media hora. Así, a lo loco, y entre pecho y espalda. A veces acabo y ¡Zas, botón de publicar! Cuidadoooo, a lo locooo, a lo locooo. Apunta este otro miniconsejo:
Aquí y en la vida, o te atreves o estarás siempre dudando.
¿Y se puede escribir en media hora algo decente? Bueno, decente, decente… confórmate con algo parecido
Piensa tu tema del día a primera hora, mientras te duchas por ejemplo. Anota ideas en algún papel, aunque sea el de la compra del supermercado. Tira un par de fotos. Usa la grabadora del móvil… usa los trucos que tú quieras y mézclalos todos en ese rato del día. Y punto pelota. Mañana más y mejor. Tus lectores no son malos, son muuuuy buenos y saben que eres madre sobre todas las cosas, así que te perdonarán hasta los días malos
Bueno, a lo mejor un día se te cuela alguien que te quiere sacar los colores… ¡no paaaasa nada! Llamas a la tropa de amigas blogueras o lo eliminas a golpe de ratón (upsss, fue sinqueriendo)
¡Y tachán, tachán! Llegamos al colofón, a la guinda del pastel, esa que lo hace perfecto y que es el truco más genial de todos… (un amuleto que puedes comprar en…) ahhh, no, no, que no es una cosa… ¡Es alguien!
TUS LECTORES. ¿Quién te creías que tenía el **** poder aquí? ¿Tú? No te equivoques. Tú no eres nadie sin ellos. Ellos son TODO para una bloguera. Ellos te lanzan al estrellato o te estrellan. Así que mímalos. Pero de verdad de la buena. Porque no son tontos. Son muuuuy listos. Y si no les das lo que les gusta se irán con otros. ¿Qué pensabas? Ellos son los que te dan un me gusta, te hacen un retweet, te mandan un mail, te dejan un comentario, le dan a compartir, te mandan un beso de buenas noches incluso si has sido buena… Ellos son TODO. Y te quieren a ti. 1, 2, 3, 4… 100, 500… ¿cuántos necesitas? Si no sabes querer a uno solo de ellos preocúpate, no vas a saber querer a 1.000 Así que cuida a ese 1, a esos 2, a esos 3, a esos 100… Tú puedes ser genial, pero ellos dan a conocer tu genialidad.
Y con esto y un bizcocho… ¡otro día os cuento otro tocho! Por cierto, mañana os traigo algo chuli para los peques, así que perdonad esta interrupción y no os vayáis, ¡que os quiero muuucho!
¿Y tú, tienes un blog? ¿Qué consejos le darías a alguien que está empezando? ¿Quieres preguntar algo más a esta novata? También he aprendido algunos otros trucos, pero eso te lo cuento si me das un me gusta, un retweet, me sigues en google+, en instagram o pinterest, y me dejas un comentario (Jajajajaja)