¿Cómo estás de lo tuyo?

Por Itwoman

Hoy ha llegado el momento que he estado temiendo hace tiempo. He llegado a trabajar y al decir “Buenos días” me han preguntado: “¿Cómo estás de lo tuyo?”. Horror.

Vale, llevo todo el invierno liada con una bronquitis que curé mal y que me tiene hecha un moco con piernas. Pero eso es un inconveniente que te puede pasar a cualquier edad. No es para ponerse así.

Después de esa pregunta se me han caido todos los años encima y hasta me han entrado ganas de ir a ver como va la obra de enfrente (que está  parada por falta de presupuesto), yo me quiero jubilar ya.

Y os preguntaréis: ¿Por qué esta frase ha hecho que le entre esta paranoia?. Vale, lo explico. Llevo trabajando desde muy pequeña (afortunadamente) y resulta que he convivido mucho con personas más mayores (afortunadamente también, que gracias a ello he podido evolucionar y aprender mucho). Los he visto hacerse “mayores”, jubilarse y los sigo viendo envejecer pues mantengo contacto con muchos de ellos. Y a todos llega un momento que le empiezan los achaques y siempre andan liados con cosas de salud y preguntándose: “¿Cómo estás de lo tuyo?”. Por eso me he aterrado hoy cuando me lo han preguntado a mi.

Pero si yo lo único que tengo es tos. Con mi jarabe y mis caramelitos voy tirando. ¿A qué viene hacerme esta pregunta?. La gente es que tiene ganas de fastidiar. Vamos hombre.

Ahí no acaba todo. Encima voy yo y contesto: “Bueno, ahí ando, voy tirando”. Noooooooooooooooo. Esa es la respuesta que confirma mis temores. Noooooooooo.

Lo peor ha sido cuando han empezado a llegar los compañeros más jóvenes, los becarios. A los que yo considero coleguillas pero está visto que ellos a mi me ven de otra forma. Han venido a preguntarme como estoy con cara de preocupación y han mostrado interés. Por dios. Pero si yo lo que quiero es irme el viernes de afterwork con ellos.

¿Cómo he podido llegar a esto?.

Bueno, voy a empezar la mañana e intentar dejar de pensar. No me conviene. Si me entra la tos prefiero ahogarme antes que toser. Yo hoy no saco el tarro de jarabe. Lo llevaré al baño y allí me lo bebo. No no. Esto se va a terminar. El viernes me voy con los jóvenes de marcha y pediré un cubata de Iniston con Coca-Cola.

Faltaría más.


Archivado en: Cosas de la vida Tagged: achaques, forever young, jubilación