Revista Belleza

Cómo evitar la sensación de ahogo con la mascarilla: 7 claves imprescindibles

Por Anne1980

Contenido original de Ana San Vicente

¿Te ahoga la mascarilla? ¿Quieres saber cómo evitar la sensación de ahogo con la mascarilla? Aquí te muestro las 7 claves imprescindibles para controlarlo. Llevar la mascarilla no es lo más agradable del mundo, pero es lo que nos ha tocado vivir. Toca ser responsables y llevar siempre puesta si queremos evitar que la COVID-19 se propague. El problema es que a veces cuesta. Yo me agobio muchas veces, sobre todo con las de tela. Y si me fatigo por andar demasiado rápido o por subir las escaleras de mi casa, aquello se hace insoportable. No veo la hora de llegar a casa y quitármela, lo reconozco. Como leí en un meme, quitarse la mascarilla se ha convertido en el nuevo quitarse el sujetador (si eres mujer, seguro que sabes de lo que te hablo). Si también es tu caso y quieres combatir la sensación de ahogo y la ansiedad que provoca, te recomiendo que sigas leyendo. En este post, Carla Sánchez, cofundadora de la app The Holistic Concept y experta en bienestar y gestión del estrés, nos da las claves para sobrellevar su uso. Cómo evitar la sensación de ahogo con la mascarilla: 7 claves imprescindibles 1. Encuentra la más adecuada Como te decía, no puedo con las mascarillas de tela; me oprimen la nariz y me dan aún más sensación de ahogo. Por eso, la experta recalca la importancia de dar con la mascarilla ideal. Tiene que ser cómoda, tanto en el rostro como en los agarres. Hay algunos modelos que hacen mucho daño y pueden incluso deformar las orejas. Cuanto más molesta sea, mayor será la sensación de angustia que aumentará con el paso de las horas. Prueba y prueba hasta dar con la que mejor se adapta a tus sensaciones y tus necesidades (tamaño, material, alargador de cintas…). «Dependiendo de la salud y el nivel de amenaza que sienta cada uno, recomendamos estudiar bien el modelo de mascarilla con el que nos vamos a sentir más seguros, ya sea quirúrgica, reutilizable, de tela con filtro… pero siempre homologada. Al fin y al cabo, esa es la misión de este complemento, proteger.» 2. Ten siempre varias a mano Es importante que, sea cual sea tu ocupación profesional, tengas más de una a mano. algunas personas tienen que llevar la quirúrgica por su trabajo, pero, cuando terminan su jornada laboral, cambiar a un modelo lavable, perfecto para el día a día en la calle. Si no estás bajo esta obligación y no eres hipocondríaco, siempre está bien tener a mano un paquete de mascarillas quirúrgicas para momentos puntuales, y el resto del tiempo manejarte con al menos 2 modelos lavables para que puedas ir cambiándola y mantener una higiene adecuada. 3. ¿Cómo lavar la mascarilla? Si tus mascarillas son lavables, corres el riesgo de pasarte el día respirando detergente y suavizante: esto no es bueno ni para tus pulmones ni para tu piel. Es mejor que uses un jabón ecológico y suave para lavar tus mascarillas. Los de ropa de bebé son perfectos porque su perfume es mínimo (y eso si lo tienen) y son hipoalergénicos.  Esto evitará posibles alergia y, además, alargará la vida útil de tu mascarilla. Lávalas siempre en ciclos largos de lavadora y a un mínimo de 60ºC para asegurar una correcta desinfección. Lo ideal es secarlas al sol para que no queden restos de humedad. También las puedes secar cerca de la calefacción. 4. Ventila bien Si no teletrabajas y tienes que trabajar todo el día con la mascarilla puesta, es importante que la estancia en la que pasas la mayor parte del día con tus compañeros esté bien ventilada. Abre todas las ventanas durante al menos 10-15 minutos y cada 3 horas como mínimo. Aunque tengas frío, tu aparato respiratorio te lo agradecerá profundamente. Si teletrabajas, aunque te libres de estar ‘amordazado’, también es aconsejable acostumbrarse a ventilar la habitación. Además, así estarás más activo y despierto. 5. Haz pequeños descansos Al igual que es importante descansar para estirar las piernas, cambiar de postura o tomar un café, también hay que descansar del uso de la mascarilla. Procura hacerlo siempre en algún lugar de la oficina o espacio de trabajo donde no haya gente y tengas una ventana a mano. Ábrela, quítate la mascarilla 5 minutos y respira hondo para aliviar la sensación de ahogo. Aprovecha también para beber agua. Así te oxigenas un poco y esto le viene fenomenal a tu cerebro. Repítelo varias veces al día. 6. Aprende a respirar La respiración es una de las herramientas más efectivas para combatir el estrés. Por eso, es importante que aprendas técnicas respiratorias básicas para calmar la mente, aumentar la energía o centrar el foco. Puedes ponerlas en práctica durante los descansos o en cualquier otro momento del día. Esto te ayudará a gestionar mejor tus emociones y a reducir el agobio de llevar la mascarilla. 7. Relájate Puedes recurrir a los aceites esenciales; eso sí, es importante que sean naturales (no sintéticos) y preferiblemente de origen orgánico, porque los vas a respirar de forma directa. Aplica una gotita mínima en el interior de la mascarilla, mejor si no roza con la piel. Carla Sánchez nos recomienda usar el aceite esencial de lavanda tiene propiedades calmantes y antiestrés. Si necesitas un chute de energía también va muy bien la menta piperita, que además de despejar las vías respiratorias, te despierta y aporta vitalidad. Te ayudará a evitar la sensación de ahogo con la mascarilla.

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