Primeramente, hay que entender como se desarrolla el proceso de secado del esmalte de las uñas.
El secado se produce por el contacto con el aire del esmalte de la uña, y se va secando desde dentro hacia fuera. En la parte interior el proceso de secado ocurre a través de la evaporación del disolvente.
Por ello, cuando se utiliza una capa muy gruesa de esmalte, el disolvente tarda más en evaporarse, y si el disolvente no consigue atravesar la capa externa del esmalte surgen las burbujas. Estas burbujas se forman, por la fuerza que tiene el disolvente al intentar atravesar la capa del esmalte.
Un factor muy importante en este proceso es la temperatura tanto de las manos, como del esmalte, así como también la temperatura del ambiente. Por ello en días muy calurosos, la formación de burbujas en el esmalte ocurren con más facilidad.
Por lo que para evitar la formación de las burbujas en el esmalte se recomienda:
En días muy cálidos, enfría las manos con agua fría, se puede utilizar un spray de secado antes de esmaltar para ayudar a enfriar las uñas.
Utiliza capas finas de esmalte y espera a que se sequen unos minutos antes de aplicar otra capa de esmalte (Un secado completo debe tardar aproximadamente 30 minutos).
Añada diluyente a los esmaltes que tengan una consistencia densa. No se debe añadir acetona ni aceite de banana, ya que modifican la composición química del producto.
Antes de esmaltar la superficie de la uña verifica que no contenga polvo ni impurezas que puedan atrapar el disolvente en su proceso evaporación produciendo las burbujas.
Espero que con estos consejos puedas realizar una manicura perfecta y… ¡sin burbujas!
¿Y vosotras que hacéis para evitar las burbujas?