Todos los ríos que pasan por el campo terminan en el mar. En la desembocadura, esta frontera parcialmente cerrada entre el agua del río y el agua del mar es lo que se denomina estuario y es uno de los ecosistemas más productivos de la Tierra. La mayoría de los estuarios del mundo se formaron durante el Período Holoceno (hace unos 12.000 años), cuando el nivel del mar subió e inundó los valles de los ríos. Pero los estuarios también pueden formarse por otros medios, por ejemplo por glaciación o por procesos oceanográficos o tectónicos.Las amplias áreas marrones de barro tan típicas de los estuarios se deben a que el río arrastra y deposita arena y limo. La materia en descomposición también es arrastrada hacia el estuario, aportando una gran cantidad de nutrientes y dándole su característico olor. Cuando estamos ante grandes ríos, estas deposiciones de sedimentos dan lugar a un delta.Los estuarios son tan productivos por los nutrientes y la materia biológica que se arrastra desde la tierra hasta el mar y viceversa. Pero esto no sólo es aplicable a la flora y la fauna, también ofrece un buen refugio para los humanos.Los estuarios están a la merced de las mareas que lavan la arena con agua salada dos veces al día. Las características de la mezcla dependerán del ciclo de mareas, algo que incide en las características únicas de cada estuario. Así, podemos estar ante un entorno perfectamente mezclado o ante cuencas muy estratificadas con propiedades químicas contrastantes. Pero con independencia de las características del estuario, todos tienen una gran riqueza de vida; acogen desde pequeños organismos como los microbios, hasta los mayores depredadores.