Resulta que ayer se hablaba en el mundo de la fotografía de cómo un tal Daniel Arnold consiguió ni más ni menos que quince mil dólares en un día vendiendo sus fotos subidas en Instagram.
¡Pero esto qué es! Sencillamente me equivoqué no solo de carrera y estudios, sino de “miedo” a emprender “correctamente”.
Me paso por el forro la cara de la gente, que están alojadas en servidores de Instagram y que no me creo que no tengan el tan querido “me quedo con los derechos de todo lo que subas” de la película “Recordando a Google”, etc. Y como estas me vienen muchísimas más, ¿tenía 20.000 seguidores? ¿yyyyyy? Yo tengo 400 y no subo una foto desde hace 3 meses!! y este nota se ha llevado subiendo fotos 8 horas al día un año entero!
Lo único positivo que saco (para él es superpositivo obviamente) es que realmente nunca sabes qué puede gustar o funcionar en este mundo de locos, y es positivo porque lo mismo con perseverancia y trabajo te puede tocar a ti, o a mí, eso eso que me toque a mí!! oeoeoeoe oeoeoe oeoeoe y que viva er Beti.
Fuente de la fotografía: Pinterest.