Más caro y peor.
Lágrimas de perdedor.
Cada vez que te quejas de que tu cliente se ha ido con uno que es más caro y peor.
¿Qué me estás contando? Si tu haces lo mismo.
El cliente elige algo más caro y peor.
Y tú, ¿qué?
Tú no pones en práctica lo que aprendes no por quedarte en la cama, sino por trabajar el triple.
El problema no es la pereza, nunca lo fue.
La pereza es rara, la norma es hacerlo de la forma más complicada posible.
Llamar a un informático para cambiar el color de un botón, visitar a la suegra o fregar la cocina.
Ordenar el escritorio, distraerte con un hater y modificar la tipografía del documento donde tienes escrito el guion.
Dime si no estás eligiendo la opción más cara y peor.
Si el producto o el proyecto sale mal, a mí que no me jodan, yo elegí la opción más cara, así que nadie se atreverá a cortarme la cabeza, está claro que la culpa no es mía.
Eso es lo que piensa tu cliente. Dime si no es lo mismo.
Si esto sale mal, a mí que no me jodan, elegí la ruta difícil. Me esforcé mucho y cuidé cada detalle.
Es la forma que tiene el cerebro de amortiguar la hostia.
Al fracaso, al despido, al error, a perder. A aprender, a admitir que estabas equivocado. Y peor. A la vergüenza y al ridículo.
O al mayor de todos.
A descubrir que no se es capaz.
En el newsletter explico cuáles son las TRES conversaciones mentales universales que prácticamente tiene cada persona.
Y te enseño cómo vender tu producto a través de esas conversaciones.
Dejará tan ridículo tu discurso actual que te hará llorar muy fuerte. Me gustaría decirte otra cosa, pero eso es lo que hay.
Nah, mentira, me gusta hacer llorar. Pero solo cuando es para vender más.
Acepto la política de privacidadSi te apuntas te lo cuento, sino seguirás vendiendo hablando de lo rentable que es tu producto y lo multidisciplinar que es tu equipo, hasta el día de tu jubilación.
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Y los alumnos de la Mentoría opinan esto:
Buenas noche señor mentor
¿Cómo decirte que gracias a la lección de esta semana, que como sucede en todas y cada una de ellas, he sido capaz de generar, gracias a tus indicaciones, más atención, expectativa y promesa, de lo que hubiera sido capaz, sin ella, una semana antes?
No es que fuera idiota, si no, ignorante.
Con lo que, con tu permiso o sin él, me atrevo a estarte eternamente agradecido por estos momentos vividos con la lucidez de ver, lo que hasta ahora ni soñaba con la certeza.
Millones de gracias por iluminar el camino.
Y te puedo asegurar y te aseguro, que ningún canuto me he absorbido.
Un abrazo, gigante.
JM.
Ese es uno de esos testimonios que me invento.
Para más información, apúntate aquí abajo:
La entrada Como ganar siendo más caro y peor se publicó primero en Luis Monge Malo.