En México la muerte se celebra con música y festines. En muchos hogares tradicionales se pone un altar en el que se rinde tributo a los seres que han partido. Velas, calaveras de azúcar, fruta, panes, papel picado y flores, muchas flores. Todo se mezcla con un gusto exquisito para homenajear a los difuntos. En el altar se incluyen los platos favoritos del difunto, así como aquellas cosas mundanas que solía disfrutar: tequila, tabaco, ron, música.
Se trata de una tradición milenaria (de origen maya o azteca, no lo sé con precisión) que se basa en la creencia de que en estas fechas los espíritus se asoman al mundo material para disfrutar de las delicias que se les ofrenda.
En Galicia la celebración recibe el nombre de samaín y tiene origen celta aunque comparte algunas similitudes con el halloween como el uso de velas, disfraces y calabazas.
Sin importar el nombre o el lugar, el tributo a la muerte es un pretexto más para disfrutar de las sonrisas de los pequeños.
¿Cómo lo celebras en tu casa?