No sé si son estos tiempos que corren, o que considero que gastar por gastar resulta una ordinariez, o simplemente porque me apetece descubrir formas más económicas y naturales de hacer las cosas. El caso es que he estado investigando cómo reutilizar materiales para hacer juguetes, o cómo hacer productos de limpieza caseros.
Me interesaba encontrar algún producto para la lavadora con menos químicos y más delicado para la piel atópica de la gordita. Y descubrí cómo hacer jabón líquido para la lavadora en casa con una pastilla de jabón Lagarto de las de toda la vida. ¿Suena bien, verdad?
Reconozco que el recuerdo que tenía del jabón Lagarto era el de una pastilla verde (Sí, me consta que una vez fue verde, long, long time ago) áspera y con olor a desinfectante de hospital. Nada más lejos.
Se trata de un jabón con un olor muy agradable, que lo mismo vale para un roto que para un descosido. Léase, tanto para la ropa, para las cacerolas, o para el suelo, y que en el mismo envase especifica que es biodegradable, desengrasante y excepcional para pieles delicadas. Y baratito oiga, que un paquete de dos pastillas cuesta menos de 1 euro.
En cuanto a la receta, no he encontrado unanimidad en las cantidades, así que he hecho mi propia mezcla, un poco a ojo, la verdad.
Ingredientes
* 70 grs. de Jabón Lagarto (1/2 pastilla aprox.)
* 3 Litros de agua
* Un vaso de agua
* 4 Cucharadas de bicarbonato
El procedimiento es sencillísimo. Mientras la cacerola con agua está en el fuego, ralla la pastilla utilizando un rallador. Te quedará similar al coco rallado.
Si no tienes uno a mano, puedes emplear un cuchillo, e ir sacando lascas poco a poco. Es igual, aunque llevará algo más de tiempo que se disuelva.
Una vez caliente el agua, añade las virutas de jabón y no pares de remover. Cuando estés segura de que está bien ligado y no hay grumos, diluye el bicarbonato en un vaso de agua (yo la calenté un poco previamente) y añade a la cacerola. Vuelve a darle un par de vueltas, retira del fuego y deja reposar.
La idea es que adquiera cierta textura, más espesa. Puedes mover la mezcla de vez en cuando para que no se generen posos.
Cuando esté frío sólo tienes que verterlo en el recipiente que más cómodo te resulte. Yo he reutilizado una botella de suavizante, de esos con tapón dosificador. Lo cierto es a mí me ha quedado bastante consistente. No creo que sea problema, tan sólo tendré que agitarlo un poco antes de usarlo.
¿El modo de empleo? Cargar la lavadora y añadir el cacito al tambor directamente . En mi caso, con dos cacitos he tenido suficiente, aunque no descarto aumentar o disminuir la cantidad según vaya familiarizándome con el jabón. La ropa está tendida, así que en unas horas os contaré cómo ha quedado.
Como era la primera vez y la verdad no tenía certeza del resultado, decidí no modificar la mezcla, pero una forma sencilla de “personalizar” el jabón es añadir a la olla algo de aroma, como ramitas de romero o lavanda. No olvides colarlo después.
¿Y tú? ¿Tienes alguna receta casera que quieras compartir?