Para finalizar el 2013 nos propusimos hacer un gallinero. Tenemos la suerte de vivir en el campo y además nos “creemos” lo del respeto a los animales, naturaleza, el lugar es idóneo y hay suficiente espacio para que las gallinas campen a sus anchas.
A priori todo se conjura para tener un buen final.
La idea es aprovechar una pared del chamizo de las herramientas para anexar un corralillo donde duerman las gallinas y pongan huevos, el resto del día paseando por el campo, comiendo bichos hierbas y abonando un poco el huerto.
Comenzamos despejando la zona de trabajo. Con el tiempo se había convertido en el rincón de “déjalo ahí hasta que encuentre otro sitio”….así que imaginad como estaba.
El corral medirá 4 metros de largo por 2 de ancho. Creemos que es una medida razonable para 6 gallinas (en realidad si vemos los “manuales”, en ese espacio caben bastantes más gallinas). Queremos que estén a gusto, amplias, que tengan la posibilidad de moverse dentro los días de frío y lluvia, mientras que los días de calor puedan salir a pasear por el jardín.
Usamos maderas recicladas, en realidad son piezas sobrantes de la casa de mis vecinas, Eloisa y Nuria. Hace años hicieron su hogar y sobraron una gran cantidad de maderas de muy buena calidad. Se guardaron convenientemente para proyectos futuros….y ¡¡¡éste es el momento¡¡¡
Los planos nos dan una idea de como quedará. Un porche adosado con las paredes practicables para cerrar el corral en invierno.
Protección de las maderas.
Hemos cortado todas las maderas con las medidas del plano y antes de comenzar con el montaje hemos protegido las maderas.
De todo esto se ha encargado Maria José, Mj para los amigos. Ha usado un lasur como protector de la madera. El Lasur es un protector de la madera a poro abierto, que además de llevar incorporados productos biocidas, llevan filtros solares que retardan la oxidación de la madera (lignina) por la acción de la radiación UV, y por lo tanto, retrasan el cambio de color de la madera por la acción del sol. Este efecto se acentúa en los lasures pigmentados no siendo así en los incoloros que apenas tienen este efecto de filtro.
Si quieres saber más sobre protectores de la madera: http://www.briconatur.com/briconaturblog/tratamientos-para-madera-en-el-exterior/
Comenzamos colocando un durmiente sobre la pared del chamizo. Para que veas como se ha colocado, visita esta dirección (ahí te explico como colocar tacos químicos sobre superficies un poco especiales):
http://www.briconatur.com/briconaturblog/fijaciones-quimicas-el-taco-quimico/
Montaje.
El siguiente paso será colocar los pilares y viga de carga donde descansará todo el peso del montaje. Los pilares son piezas de madera laminada de 12x12cm. Llevan una base metálica que queda anclada al suelo. La base metálica sirve de protección y sobre evita que la madera esté en contacto con el suelo y con la humedad.
La colocación de los pilares es algo compleja, es importante que estén correctamente escuadrados y nivelados para evitar errores de colocación. Pedimos ayuda a un amiguito y solucionado.
Comenzamos a “coser” o a unir los pilares con la viga y la durmiente. Usamos listón de madera de 100mmx50mm. Usaremos tirafondos adecuados en función de la longitud de la pieza que vayamos a atornillar.
El corral va a estar complétamente cerrado, el olvidado comentar que tenenos 6 perros y aunque están bien educados…hay alguno que el instinto….manda, así que por ahora tendremos cuidado e iremos acostumbrando poco a poco a los perros y a las gallinas.
Para la puerta usamos unos retales de friso que vamos ensamblando. Dejamos un hueco a modo de ventana y colocamos un cierre por el interior y otro por el exterior. Como en las otras maderas, protegemos debidamente todas las piezas, cortes y ranurados del friso.
La puerta va colocada sobre uno de los pilares, colocamos otro pilar paralelo como marco de la puerta. Al igual que el anterior, separamos la madera del suelo con una zapata para evitar problemas con la humedad.
Continuamos con los laterales. Usamos lamas de friso para exterior debidamente tratadas. Hacemos unos faldones de un metro en desde el suelo. El montaje es sencillo, en lugar de tomar como referencia el suelo, que es irregular, lo que hacemos es tomar como referenca los pilares de forma que la instalación se simplifica. Para el montaje del friso, usamos un compresor y una clavadora. Si no tienes clavadora, podrías usar una grapadora, tornillos, etc.
En un primer momento, hemos cerrado el perímetro del gallinero con friso hasta una altura de 1 metro…pero nos hemos dado cuenta de que queda muy descubierto sobre todo de cara al invierno…así que habrá una segunda parte del montaje del gallinero.
Las zonas que no tienen friso, las cubrimos con “tela de gallinero”. Aprovechamos las piezas de madera para grapar la tela y dejarla tensa.
Cubierta del gallinero.
El techo ha sido un elemento muy discutido, por un lado queríamos algo que cubra a las gallinas de las inclemencias del tiempo, pero también queremos que no quite luz a las gallinas, pues el sol, la luz es un elemento muy importante para su desarrollo. Al final nos hemos decidido por unas planchas transparentes de policarbonato y minionda. Son económicas, fáciles de manejar y sobre todo, cumplen nuestras necesidades.
En invierno, hemos tapado los “ventanales” con plástico, de forma que queden más protegidas las gallinas. Tenemos idea de hacer unos paneles con friso que a modo de ventana, abran o cierren esos huecos de forma que cuando llegue el frío se ponen, y cuando llegue el calorcillo…se quitan. Eso será la versión Gallinero 2.0
El interior….sencillo, comedero, bebedero, un ponedero reciclado y las perchas. Para éstas últimas hemos usado las ramas de uno de los árboles que hemos podado este año. Lo bueno es que cuando sea necesario cambiarlas, tenemos guardadas unas cuantas más.
También hemos colocado una luz en el interior, sobre todo para los días de invierno, másque nada para que podamos ver a la hora de entrar en el gallinero.
Solo falta que os presenta a las nuevas inquilinas del gallinero. Hemos elegido 6 gallinas, por parejas. Dos azuladas, dos negras y dos rubias. Todas ellas son gallinas rústicas, ponedoras (no queremos gallinas para carne), resistentes a los cambios de temperatura y con una buena cantidad de huevos al año de puesta. Entre otras cosas, son tranquilas, amigables, muy curiosas y agradecidas, al cabo de 10 días nos encontramos un regalo¡¡¡
En esta foto, aparecen dos gallinas de 4 patas….que intentan camuflarse, pero no cuela.
Y el regalo que nos hemos encontrado a los 10 días…….No es nada habitual y más teniendo en cuenta que ha sido en diciembre, con frío, lluvia y recién llegadas.
En breve os cuento que tal va el gallinero¡¡¡