Hola y eso. Hace unos días puse una foto en Instagram que hizo bastante gracia, tengo que decir, que todo el blog está escrito en el mismo tono, así que seguramente si lees otros post, también te hagan gracia, es una de mis intenciones principales. Pero bueno, voy a hacer una versión extended de lo que viene siendo una calçotada para que nos entendamos.
Como decía en Instagram, una calçotada es juntarte con un grupo de gente, sean amigos o no, con la excusa de ir a comer calçots para irte a la montaña a beber cerveza, básicamente.
Hay que tener muchas cosas en cuenta para hacer bien los calçots, la primera es llevar las cervezas en una nevera a tope de hielo, si vas con furgoneta, coche u otro tipo de vehículo será genial, ya que se pueden calentar a lo largo del día y eso no mola nada. Si también le das a la sidra, como yo, no olvides el escanciador.
Siempre hay una persona que va de lista o que le gusta quemarse que quiere hacer los calçots, cuando esa persona es elegida y todo el mundo está de acuerdo, tu deberías estar ya meándote de la primera cerveza, cuando vuelvas de vaciar tu vejiga, cosa que ocurrirá bastantes veces si todo de desarrolla bien, puedes sentarte en algún lugar a mirar con asombro cómo se hacen los calçots y a charlar sobre cosas banales con tus amigas.
Para hacer los calçots, el elegido o autoproclamado, debe prender un fuego bastante intenso, nada de brasas, ni ascuas, ni tonterías de esas, un fuego ardiente, como los que salen en los videoclips de reggaeton de los 90. Una vez hecho esto, o más bien antes, se debería poner una rejilla que esté en contacto con el fuego. Definitivamente mejor antes, pero eso lo tiene que tener en cuenta sobre todo el que se autoproclame cocinero del día, si ves que se le olvida se lo puedes recordar, hacer la buena acción del día y sentirte realizado.
Bueno, cuando el fuego está bien ardiendo, se van poniendo los calçots encima, sin lavar ni nada, así, a lo loco. Tú por si acaso, ve abriendo un tarrito de guacamole y otro de hummus, picotea sin que se note mucho, como si no tuvieras miedo a quedarte con hambre. Te recomiendo también llevar una bolsa grande de frutos secos, alguna tortilla vegana o algo así para acompañar a la cerveza si no quieres que te de un jari.
Los calçots cuando empiezan a soltar espuma, se quitan del fuego con mayor o menor precaución, se ponen en un periódico, dicen que es para mantener la temperatura, pero en realidad es para que el pobre que está haciéndolos, no vea cómo sus amigos o no amigos se comen los calçots mientras él se tiene que quedar vigilando la siguiente tanda. El periódico es básicamente una medida de protección anti gochos.
Una cosa recomendable, en caso de que vayas con varios grupos de gente, es hacerte amigo de los que se lo hayan currado y hayan llevado la salsa casera, esos serán tus amigos del día, ya verás que majos. Pregunta si puedes probar la salsa, quizá sean unos patanes y sepa fatal, pero en caso de que te guste, ofrece cerveza a cambio de salsa, o algo así, espérate a que lleven también varias cervezas para el cortejo. Viva el trueque.
Tras varias tandas, alguien grita: VENGA, VAMOS A COMER YA QUE SE ENFRÍAN. Todo el mundo corre menos el que cocina, que se enfada y con razón, sobre una mesa se ponen los calçots, se abren y todo el mundo se abalanza corriendo y a veces gritando a por uno, todo el mundo va a por los gordos, lógico. Cuando lo tienes en la mano, verás que se te llena de mierda, pues con toda esa mierda y sin cuidado alguno, tienes que hacer como un movimiento de paja, en este caso único, para quitarle la piel que lo rodea, intenta no tirar las sobras encima de los nuevos calçots para no liar a la peña. Bueno, cuando ya está pelado y te queda ese fijo hilillo, esperas a que las bestias dejen el bote de salsa de calçots, o tus amigos de la salsa en la olla dejen algún hueco, mojas el calçot, te lo comes y dices: joder que rico! con la boca bien llena y las manos llenas de mierda.
Así todo el rato, si no eres hábil, como me pasa a mí, acabarás comiéndote cuatro calçots, pero bueno, entre las cervezas y el hummus y el guacamole, pues te quedas guay.
La calçotada es guay, te echas unas cervezas, risas y eso, pero si quieres comerlos sin tensión, sin llenarte de mierda y sin un bote de salsa lleno de ceniza y restos negros que no mola nada comerse, los puedes hacer tranquilamente en tu casa en el horno, con salsa casera, que está riquísima y es fácil. La verdad es que tampoco tiene mucho que envidiar a los que se hacen en el fuego, al horno quedan muy ricos. Si tienes antojo y no hay calçots, hazlo con puerros. Los catalanes me van a matar pero es que quedan buenísimos y tienen mucha más carne.
Bueno, pues eso es una calçotada.
Muak.