Lo reconozco. Soy adicta a las listas. Las hago para todo. Tener escrito todo lo que debo hacer durante el día (o para tener un evento controlado) me hace sentir más segura y no olvidar nada. Además, lo tengo comprobado, soy más productiva si anoto mis tareas pendientes en un papel. Suelo hacer una lista para cada día (o to-do list en su término en inglés) y anoto lo que debo hacer en todos los ámbitos de mi vida: desde lo que debo hacer en el trabajo, todo lo relacionado con mis otros proyectos profesionales y también aquello que debo hacer en casa o en mis proyectos DIY. La mayor satisfacción llega cuando puedes tachar una cosa. Si eres como yo, lo entenderás seguro! Empecé anotando todo en un trozo de papel sin ningún orden de prioridad ni de ámbito. Tampoco incluía ninguna temporización. Muchas veces, la mitad de las tareas se quedaban pendientes por falta de planificación, sobre todo con la duración de las tareas. Pero con el tiempo he ido perfeccionando el sistema hasta llegar a una lista más eficiente. Más abajo encontrarás un imprimible con esa lista, pero, por si quieres hacer la tuya propia, aquí tienes algunas cosas que yo tengo presentes a la hora de desarrollarlas:
- Todo en una lista. Yo prefiero hacer una sola lista para todos los ámbitos de mi vida. Aunque en esa lista lo separo por ámbitos, tenerlo todo junto y a mano me permite gestionar mejor mi tiempo. Anoto, incluso, si quiero hacer algo de deporte a última hora de la tarde (tenerlo escrito me hace comprometer más con el objetivo).
- Una lista diaria. A mi me funciona más hacer listas diarias. Las hago o bien al final de la jornada para el día siguiente o a primera hora de la mañana. Repaso la anterior (por si se ha quedado algo pendiente) y después hago la nueva. A pesar de ello, todos los lunes (o domingos por la tarde) miro la semana en todo su conjunto, para tener una visión más global y anotar aquellas cosas que ya sé que deberé hacer en un día determinado.
- Por prioridad. Intento organizar las tareas por prioritarias (imprescindibles y semi-urgentes). Son las que quiero hacer durante todo el día. A pesar de que suelo poner las tareas que debo hacer ese día, también dejo espacio para los proyectos más a largo plazo. Suelen ser cosas que se repiten a lo largo de varios días o incluso semanas, pero tenerlas anotadas me sirve para ir viendo más a largo plazo lo que tengo pendiente.
- Temporización. En mi planificación diaria no suelo poner a qué hora voy a hacer cada cosa, pero sí que anoto si lo voy a hacer por la mañana o por la tarde, para distribuir mejor el tiempo que dedico a cada tarea. Lo apunto al lado de cada tarea.
- Revisión al final del día. A pesar de que durante el día voy tachando todo lo que voy haciendo y mirando qué es lo siguiente, al final del día hago una revisión completa por si queda algo pendiente. Normalmente hago la lista para el día siguiente.
Este es el modelo que yo utilizo. La puedes descargar e imprimir. La he hecho en formato A5, así que cuando te descargues el documento, verás que hay dos, porque es para la impresión de un A4. Así aprovechamos más el papel. Tan sólo hace falta que partas el papel por la mitad.
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Y tú, ¿qué haces para organizar tu día? ¿Utilizas una lista de cosas por hacer? ¿Qué información anotas? Foto principal crédito: Daniel Kulinski via photopin cc