La filosofía de la cartera de acciones que voy a comentar es la de momentum. Este tipo de inversiones la he comentado en varias ocasiones en este blog, por lo que seguro que la conoces.
Sin embargo, ahora voy a basarme en la técnica de un autor, Andreas Clenow , que la describe con detalle en su libro, “Acciones en marcha“, que un amable lector me hizo llegar (gracias, Andrés).
La verdad es que el libro, y el método, me han gustado. Coincide mucho con mi modo de entender las inversiones, pero además añade un modo de control de la volatilidad que creo que es muy útil, muy profesional. Y sobre todo, permite batir al mercado.
La idea es invertir en acciones alcistas, siguiendo la tendencia al alza.
Los problemas de invertir en acciones
Curiosamente, para seguir las tendencias las acciones no son el mejor activo que podemos elegir. Sin embargo, son el activo que eligen la mayoría de inversores particulares.
Esta preferencia de los particulares radica en que las acciones son populares.
Muchos inversores conocen empresas como Apple, Microsoft, o Banco Santander, Repsol, etc. Y cuando alguien está familiarizado con una compañía, es más fácil que invierta en ella.
Al fin y al cabo, todos conocemos las maravillas del iPhone, o la cantidad de oficinas del Santander, y el dineral que gana todos los años; asi que sabemos que son buenas inversiones..
¿o no?
¿Realmente conocemos bien a Apple, Microsoft, Repsol o Santander?
La respuesta es no. Aunque conozcamos la compañía y sepamos algo de sus productos o resultados, es insuficiente para tomar una decisión de inversión.
Por supuesto, no es ninguna tontería invertir por el conocimiento que tengamos de los productos y los resultados de empresas.
Buffet lo hace, y se ha hecho billonario.
Pero es muy difícil.
Hay que sumergirse en los balances de resultados, el portafolio de productos y las perspectivas de la compañía y del sector. Y aun así, muchos inversores en fundamentales no aciertan con frecuencia.
Por tanto, las acciones tienen el primer problema de que nos despistan por el conocimiento que tenemos de ellas. Nunca hay que comprar algo sólo porque lo conocemos.
Pero hay más problemas con comprar acciones en tendencia.
Las acciones son un activo que tiene un componente beta abrumador.
El coeficiente beta es una medida que relaciona la volatilidad de un activo con la del mercado. Es decir, la beta es el componente de la rentabilidad de una acción que se debe a la subida o bajada del mercado.
Es decir, muchas veces una acción sube simplemente porque el mercado sube. En esos momentos los inversores tendenciales se frotan las manos por sus fuertes beneficios.
Pero del mismo modo, en los mercados bajistas las acciones se desploman, para desesperación de los inversores anteriores que no hayan realizado beneficios.
Pero además, las acciones tienen un tercer problema: su alta correlación.
La mayoría de inversores intenta diversificar una cartera de acciones comprando sectores muy distintos, que se comporten de modo diferente. Hasta cierto punto, es una buena idea.
Por desgracia, esa diversificación sólo funciona bien en momentos tranquilos del mercado. Cuando los mercados se derrumban, que es cuando la diversificación es más necesaria, ésta desaparece. Acciones buenas y malas, grandes y pequeñas, defensivas y ofensivas.. todas van juntitas al abismo.
Por tanto invertir en acciones con un sistema tendencial es mala idea.
Y ahora dirás: imposible. ¿que pasa con lo de “la tendencia es tu amiga”?. ¿Y lo de “cortar las pérdidas y dejar correr los beneficios”?
El problema es que la bolsa es más compleja que ese tipo de frases. El que se base en ellas, lo tiene muy difícil para ganar dinero.
Los sistemas tendenciales van a funcionar sólo con activos descorrelacionados, donde las bajadas de algunos se compensan con las subidas de otros.
Y la mejor manera de usar activos distintos es el mercado de futuros.
Entonces, ¿cómo ganar dinero con acciones, siguiendo las tendencias?
La respuesta es el momentum.
La inversión en Momentum
En otras ocasiones he hablado del momentum, o momento, como una de las ineficiencias mejor documentadas del mercado.
La estrategia de invertir en activos con momento alcista lleva dando beneficios desde hace décadas.
El momento del mercado es parecido a la tendencia: los activos que están alcistas, tienden a seguir alcistas. Y los que están bajistas, tienden a seguir para abajo.
La aceleración de la tendencia provoca el momento. Algo asi.
Pero no vamos a perdernos en definiciones semánticas poco útiles. Vamos a lo práctico. ¿como implementar una estrategia sistemática de acciones basada en el momentum?
Para usar una estrategia de éxito vamos a tener que gestionar una cartera de acciones momentum.
Para ello, debemos tomar 3 decisiones distintas:
1- Qué acciones seleccionar
2- Cuánto capital invertir en cada acción
3- Cuando realizar beneficios.
Las 3 decisiones deben ser ejecutadas correctamente, o la estrategia de momento no será rentable.
Acciones a seleccionar
Ya hemos hablado de que comprar compañías simplemente porque las conocemos no es una buena técnica.
Necesitamos clasificar las acciones de un mercado, de las de mayor momento alcista a las de menor. Y comprar las de mayor momento alcista.
Contra lo que pudiera parecer, la técnica de clasificación no tiene una importancia capital. Hay varias maneras de hacerlo, sin que el resultado cambie en exceso.
El autor propone usar la regresión exponencial de 90 días del precio. A pesar del nombrecito, es sólo una fórmula que calcula la pendiente de la curva de precios. En Excel se calcula con la funcion Pendiente().
Pero existe un problema con las acciones que suben: ¿lo hacen de modo uniforme? ¿O pegan saltos para arriba y para abajo?
Por ejemplo, una acción puede tener una curva ascendente por haber ganado un 80% en los últimos meses. Sin embargo, en la gráfica vemos que en un sólo día ha ganado un 70%.
Esa acción no sería adecuada. Es demasiado volátil. Lo mismo que ha subido un 70%, podría bajarlo.
Y esos saltos tan fuertes, del 40%, 50% o 70% en uno o dos días no son tan raros como parece.
Asi que usamos un nuevo cálculo, que nos devuelve un valor, entre 0 y 1, que simboliza lo bien que se ajustan la curva de precios a su pendiente teórica. Cuanto más estables sean los precios más cerca de 1 estará dicho valor. Cuanto más erráticos, más cerca de 0.
El valor es R2, o coeficiente de determinación. En Excel se calcula con la función coeficiente.R2()
Una vez tenemos ambas cifras, las multiplicamos:
Esa cifra, puntuación, será la que nos diga si comprar o no una acción.
Será tanto mayor cuanto mayor sea su pendiente en los 90 últimos días, y cuanto más estables sean los precios respecto a la pendiente.
Por tanto, si un valor ha subido mucho (pendiente alta) pero su R2 es cercana a 0 (o sea inestable), su puntuacion bajará.
Calculamos este valor para muchas acciones, por ejemplo para las acciones del SP500.
Y ordenamos de mayor a menor según su puntuación. Y empezamos a comprar, partiendo de la primera y hasta donde nos llegue el dinero.
Este cálculo de la puntuación es un tanto inusual, pero como decía, no es la única posibilidad. Otras fórmulas parecidas pueden servir perfectamente. Lo importante es el concepto, la fórmula exacta no tiene tanta importancia en plazos largos.
Por eso, más adelante te propondré una alternativa más sencilla.
Capital a invertir en cada acción.
La cartera de acciones debe ser grande para diversificar. Pero no hace falta que sea muy grande; ya hemos visto que la diversificación entre acciones es limitada.
Asi pues, una cartera en torno a 20 acciones es suficiente; aumentar a más de 20 no aporta ninguna ventaja en términos de volatilidad.
Pero no debemos invertir los mismo en cada acción. No vamos a meter el 5% del capital por acción, sino un porcentaje variable: más dinero en las acciones poco volátiles, y menos en las muy volátiles.
Este detalle tiene mucha importancia, porque permite bajar el riesgo de la cartera.
Si no lo hacemos asi, las acciones más volátiles de la cartera acabarán tomando el control, y provocarán saltos demasiado grandes en nuestros resultados.
Por tanto, el tamaño de la posición dependerá de la oscilación promedio de la acción: es decir el ATR de 20 días.
Ejemplo:
Apple, que cotiza a 105 $ más o menos, tiene un ATR de 2,5$: esa es la oscilación diaria en promedio.
Supongamos que tengo 100.000 $ y quiero arriesgar en cada posición un 0,1 % diario, es decir 100 $ diarios.
La formula para saber el nº de acciones a comprar es:
Por tanto en nuestro ejemplo:
Es decir, 40 acciones a 105$, 4.200$: invertimos un 4,2 % del capital, en vez de un 5% que saldría usando 20 acciones en total.
Al hacer este cálculo con cada acción, invertiremos menos en las acciones más volátiles y más en las más estables, quedando una cartera donde los pesos relativos de cada acción variarán del 3% al 6%… aproximadamente; si usamos el 0,1% de riesgo diario por acción.
Con este método vamos a crear una cartera amplia, probablemente muy diversificada en sectores, y ajustada a la volatilidad de cada acción. Una cartera robusta.
Ahora bien, la volatilidad de cada acción no es estática: va variando con el tiempo.
Por eso es necesario reajustar el peso de cada acción una vez cada dos semanas.
Cada quince días, por ejemplo el Miercoles, volvemos a calcular el nº de acciones con el nuevo ATR de 20 días, y comprando o vendiendo acciones para adaptarnos al riesgo cambiante de cada acción.
Cuando vender
Falta lo más importante: ¿Cuando cerramos las posiciones?
Como suele pasar, he superado mi límite de palabras por artículo y aún faltan bastantes detalles.
La próxima semana te comentaré como cerrar posiciones, los filtros de mercado, mis propias pruebas y la rentabilidad de los últimos 16 años.
Aunque ya te la voy adelantando:
Duplicar la rentabilidad del Sp500 con la mitad de riesgo está muy bien. Pero es más importante la robustez en el tiempo del método de inversión.
¿Qué te parece hasta ahora?
Pues atento a la semana que viene..
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