Cómo identificar y tratar a una herida infectada

Por Patricia Patricia Manzano Gómez @lavidaentrebibe

Chófer, cocinero, compañero de juegos, masajista, educador... Entre las mil y una funciones que tienen que desempeñar los padres en relación a sus hijos, se encuentra también la de enfermero. Claro está que no vamos a acudir al médico ante cualquier corte o herida que se haga nuestro retoño, que van a ser muchas a lo largo de toda su infancia, por eso los padres acaban convirtiéndose en expertos enfermeros.

A base de práctica, saben limpiar heridas, curarlas y reconocer cuando algo no va bien.

Aunque para aquellos no iniciados todavía en estas artes no está de más tener algunas nociones básicas.

Los golpes y chichones comienzan cuando el niño comienza a moverse sólo

Los golpes sobrevienen en mayor medida en cuanto el niño empieza a moverse por su cuenta, pueden ser desde moratones, hasta raspones, pasando por cortes, torceduras o roturas. En los casos más graves habrá que acudir de inmediato al médico, pero para el resto de accidentes nos podremos apañar en casa.

Ante una herida lo primero será desinfectarla adecuadamente, para ello deberemos lavarnos bien las manos y lavar con agua templada la herida, de esta forma retiraremos cualquier cuerpo extraño que haya quedado incrustado. Con la herida limpia se aplica una solución antiséptica para evitar la infección. Con los niños la más utilizada es la clorhexidina, se absorbe fácilmente y además tiene un componente hidratante que ayuda en la curación. El antiséptico se aplicará al menos un par de veces al día hasta que se compruebe que la herida esté curada.

Si se siguen estos sencillos pasos lo normal es que no se produzca la infección, ya que esta ocurre cuando las bacterias atacan la zona lastimada al no haber ninguna barrera de protección. Pero puede ocurrir que hayamos curado la herida y aun así se infecte, esto puede darse por varios motivos, en primer lugar porque la desinfección no ha sido adecuada. Productos como la mercromina, el yodo, el alcohol o el agua oxigenada no se consideran hoy adecuados para tratar heridas en los niños.

Alcohol, agua oxigenada, mercromina y yodo NO están recomendados para usarlos sobre heridas

La mercromina y el yodo pueden provocar eccemas e incluso ser tóxicos, el alcohol a su vez provoca mucho dolor y puede llegar a causar quemaduras y el agua oxigenada solo limpia la herida, no tiene ninguna propiedad desinfectante. Otras veces la infección llega porque la herida es más grave de lo que parece y puede que la simple desinfección no sea suficiente, en este caso deberá ser el médico el que lo valore.

Identificar una herida infectada será sencillo, toda la zona está hinchada e inflamada, presenta un color rojizo y hay secreciones como la pus, si se observa además que no mejora o tarda mucho en curarse no cabe duda de que está infectada. Ante esto se debe de nuevo realizar un buen lavado, utilizando una gasa para arrastrar las impurezas, y aplicar un antiséptico potente. Si aun así no mejora y el niño presenta síntomas como fiebre o malestar general deberá ser el médico el que valore la situación y prescriba el tratamiento adecuado.