¿Cómo influyen nuestras creencias en nuestro estado de ánimo?

Por Psicólogos Depresión Málaga @depresionmalaga

¿Qué son las creencias?

Las creencias son mensajes que nos damos a nosotros mismos en el día a día, cargadas de poder y firmeza, a través de las cuales estamos totalmente convencidos de que lo que nos estamos diciendo o contando es lo correcto, o es una verdad como tal. Para nosotros es una forma o manera de ver el mundo que nos rodea, a nosotros mismos y a los demás.

Las creencias llevan alojadas en nuestro cerebro desde las etapas más tempranas de nuestra vida, y se han formado a partir de la educación que hemos recibido por parte de nuestros padres, de personas de autoridad para nosotros o a partir de las experiencias y acontecimientos que hemos ido viviendo o recibiendo. Cuando somos niños creemos que lo que nos han contado es lo cierto o lo correcto, ya que a esas edades no tenemos aún maneras ni recursos para comprobarlo y estas creencias pueden continuar sin cambiarse, a menos que decidamos modificarlas porque nos limitan o interfieren en el día a día.

A la hora de hablar de creencias podemos basarnos en creencias racionales e irracionales:

  • Creencias racionales: nos impulsan, potencian y ayudan a cumplir objetivos.
  • Creencias irracionales: tienden a causarnos conductas autodestructivas, limitándonos y afectándonos en nuestro estado anímico a través de sintomatología ansiosa y/o depresiva.

Características de las creencias irracionales o limitantes

  • Son falsas: No están basadas en algo verdadero ni realista. No son “verdades absolutas”.
  • Son mandatos u ordenes: Tendemos a expresarlas como necesidades, demandas o deberes.
  • Nos llevan a emociones limitantes o perjudiciales como ansiedad o depresión. Es decir, afectan a nuestro estado de ánimo.
  • Tienden a no ayudarnos a la hora de querer conseguir un objetivo, una meta o un reto. En este caso, cuando estamos dominados por la creencia y desbordados por las emociones que nos genera, no es el mejor momento para realizar lo que nos habíamos marcado.

Tipos de creencias irracionales o limitantes y sintomatología depresiva

Las personas normalmente nos basamos en tres o cuatro creencias y funcionamos a partir de ellas. Esas creencias están basadas en mi manera de ver el mundo, de ver a las personas (‘cómo se tendrían que comportar conmigo’) y, finalmente, cómo me veo a mí mismo. En relación a este último caso, diversas investigaciones han demostrado que algunos tipos de creencias irracionales tienen efectos importantes o están asociadas a sintomatología depresiva.

Estos tipos serían:

  • La indefensión ante el cambio. Las personas con este tipo de creencia arraigada se basan en la noción de locus de control. Esto significaría que este tipo de personas creen que en su conducta operan una cantidad de eventos y causas que escapan a su control y frente a las cuales creen que no pueden hacer nada.
  • El perfeccionismo. En este caso, las personas que presentan síntomas depresivos creen o tienen la convicción de que no hay soluciones, es decir, no hay maneras buenas ni adecuadas para enderezar los problemas que se les presentan.
  • La necesidad de aprobación de los demás. Este último tipo de creencias se mostraría ante personas que presentan baja autoestima, bajo autoconcepto, falta de confianza y de seguridad en sí mismas ya que creen que necesitan tener la aprobación y el apoyo por parte de los otros.

Consecuencias de las creencias irracionales o limitantes

  • Disminución de oportunidades en diferentes áreas de la vida: personal, social, laboral, familiar…
  • Baja autoestima, baja autoeficacia: las creencias son de alguna manera la base de la autoestima. Si creo o tengo la convicción de que no “soy capaz” de conseguir tal objetivo, los retos personales serán mínimos y evitaré enfrentarme a los problemas. Esto provocará el que abandone cualquier objetivo ante el primer obstáculo que se me interponga, generándome una baja autoeficacia.
  • Sentimiento de culpa por no llevar a cabo determinados objetivos conllevándome el creer que merezco ser castigado.
  • Falta de motivación: La persona no muestra impulso ni ganas para iniciar algún tipo de tarea, ya que sus creencias irracionales le frenan o limitan. Estos aspectos le generaran apatía o anhedonia, ya que no experimentaran satisfacción al no enfrentarse a ellos.
  • Aumento de emociones perjudiciales y displacenteras: el basarse en el poder que tiene para la persona esos mensajes en forma de creencias le genera emociones como rabia, frustración, tristeza o miedo y no saber gestionarlas de forma adecuada.

Modificación o aplazamiento de las creencias irracionales o limitantes.

Cuando nos empezamos a dar cuenta de que nuestro día a día no es como nos gustaría y que nuestra manera de enfrentarnos a las adversidades y  las dificultades es diferente a como lo venimos haciendo tiempo atrás, tenemos que valorar si necesitamos Ayuda profesional. Así nos daremos cuenta y tomaremos consciencia de si esos mensajes en forma de creencias nos están perjudicando más que ayudando a no tener un bienestar y, por tanto, una vida plena y satisfactoria.