Y no es para menos puesto que tener un empleo tiene sus ventajas pero construir tu negocio propio puede tener ventajas aún mayores.
Hoy te comparto algunos valiosos consejos que te ayudarán a tomar la decisión más acertada en el momento correcto.
Y es que si algo debemos reconocer es que cuando de pronto nace en nuestra mente la idea de una empresa propia y esa idea comienza a crecer y a tomar forma, entonces ocurre el milagro: junto con esa idea, nace un emprendedor.
De pronto le das miles de vueltas, los sueños de éxito te invaden, apenas puedes dormir planeando y lo hablas con todo el mundo. No todos te creen, ni te apoyan a la primera, a pesar de ello te ves a ti mismo(a) logrando esos sueños, teniendo un mejor estilo de vida y brindando a tu familia lo mejor.
Todo apunta a tiempos mejores excepto por un detalle. Aún tienes un empleo. Talvez algo de capital y muchas ganas pero no sabes cuándo es el momento indicado para presentar tu carta de renuncia y darle las gracias a tu actual jefe. No puedes darte el lujo de comenzar mañana sin ingresos y dejar a tu familia desprotegida. Y es allí cuando la desmotivación y la duda puede surgir.
Sin embargo hay buenas noticias. No necesariamente tienes que abandonar tu empleo para iniciar tu negocio. La decisión no tiene que ser necesariamente violenta y hay excelentes alternativas que te ayudarán a hacer esta transición de empleado a empresario más fácil y conveniente.
- Dedica tiempo suficiente a planificar. Mientras estás en tu empleo actual, puedes aprovechar la estabilidad que este te brinda para hacer un plan de negocio muy completo. Recuerda que el éxito de un negocio tiene mucho que ver con la planificación. Con tener un presupuesto, un estudio de mercado y una estrategia de ventas (entre otras cosas). ¿Realmente estás comprometido con tu proyecto? Entonces apaga la TV por las noches, toma papel y lápiz y planifica.
- Especialízate en tu área de negocios. Inscríbete en seminarios, compra libros y asiste a cursos de preparación profesional en cualquiera que sea el área de negocios en la que deseas incursionar. Por ejemplo, si tu sueño es un restaurante, entonces toma un curso de administración de negocios de comida, un seminario sobre platillos franceses o bien algo sobre marketing. Muchos de estos seminarios se imparten por las noches o bien puedes solicitar algunos permisos a tu jefe con la propuesta de reponer el tiempo. Si lo haces con moderación podrías estar aprovechando el tiempo para adquirir las capacidades indispensables para operar bien tu empresa.
- Ahorra. Cada centavo vale. El obstáculo más grande para iniciar un negocio suele ser la falta de dinero. Si realmente estás dispuesto a lograrlo, tu empleo puede ser la mejor herramienta para reunir ese capital inicial. Ahorra mucho y gasta menos. Reduce esos placeres cotidianos a cambio de un gran sueño. Cada centavo cuenta y cada centavo acortará el camino hacia tu libertad financiera.
- Conviértete en un experto en servicio al cliente. El mejor lugar para aprender esto es la empresa donde laboras. ¿Cuáles son sus fortalezas? y ¿cuáles sus debilidades?. Haz este ejercicio, cuestiónate: ¿Qué haría yo para mejorar esto? Estoy seguro que tu ambiente de trabajo actual será ideal para experimentar acerca de valor agregado y servicio al cliente.
- Se el mejor en tu empleo actual. ¿Que tiene que ver esto? talvez preguntarás. Esto se llama integridad. Y es la capacidad de una persona de ser exitoso en todo. Si eres un empleado orientado a negocios, entonces serás el mejor empresario. Por alguna extraña razón, los negocios tienen sus principios. Y este es uno de ellos. Talvez la explicación sea vaga pero te puedo asegurar que si eres fiel y leal a tu empresa, un día de estos, tus propios empleados también serán fieles y leales a tu negocio.
- Fija una fecha. Decide como parte de tu planificación, cuándo te gustaría abrir las puertas de tu negocio. Esto representa un compromiso contigo mismo(a). Abrir tu empresa podría ser dentro de 6 meses o dentro de 6 años. Lo importante no es cuánto tiempo, sino cuán bien estés preparado para cuando llegue ese momento. Sin embargo, el ejercicio de fijar una fecha es importante para tener una meta clara y cuantificable que te ayude a medir y programar tus acciones específicas dentro de este proyecto.
- Comprométete a estar solvente. Muchos emprendedores sueñan con libertad financiera y piensan que un negocio propio se los puede dar. Ello es parcialmente cierto debido a que el exceso de deudas puede afectar el crecimiento de una empresa. Y digo parcialmente porque al mismo tiempo recuerdo que Robert Kiyosaki, recomienda en su libro El Cuadrante de Flujo del Dinero que tu mismo negocio te puede ayudar a saldar esas deudas. El punto de equilibrio, sin embargo, se puede resumir en un solo concepto: deudas controladas, a diferencia de, deudas sin control.
- Construye una base de contactos. Una de las habilidades de un buen emprendedor es tener los contactos estratégicos para conseguir buenos productos, buenos precios y condiciones convenientes. No esperes a abrir las puertas de tu local u oficina para comenzar a contactar proveedores. El momento de hacer relaciones es ahora!
- Haz alianzas y busca socios estratégicos. Otra alternativa muy interesante consiste en abrir las puertas de tu negocio sin estar al 100% presente en el mismo. Para ello necesitas buscar algunos socios, preferiblemente gente de tu confianza como familiares o amigos que puedan apoyarte con la operación del negocio a cambio de un salario o bien de una comisión por facturación. Esta alianza te permite comenzar a generar algunos ingresos extras sin abandonar tu empleo. Desde luego no ganas el todo pero tampoco tienes que dedicarte completamente al negocio. Y claro, la administración y la toma de decisiones si deben ser una atribución propia que te permita tener el control y en la medida que este crece y los ingresos lo permiten, entonces tomas la decisión de lanzarte a dirigirlo al 100%.
El mejor momento indicado para dedicarte totalmente a dirigir tu empresa te lo dictará tu corazón. Pero ello tiene que ver con la preparación, crecimiento y con una buena estrategia de ventas y mareketing que te guíe hacia el éxito.
No permitas que la ansiedad te controle. Muchas veces factores negativos en tu empleo como: mala paga, mal ambiente de trabajo o ciertas condiciones adversas te pueden empujar a pensar que es el momento apropiado. Pero determinarlo solo lo sabrás si reunes todos los elementos precisos para lanzarte a la experiencia de iniciar tu negocio. Si no es así, será conveniente esperar un poco y en el peor de los casos considerar un cambio de empleo.
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