A continuación, algunas ideas acerca de cómo tratar con personas tóxicas. No son conceptos absolutos y, aunque a mí me van bien, quizá tú tengas tus tácticas mejores que espero que compartas mediante un comentario al final de esta entrada.
- A veces es una cuestión de química. Todos conocemos a alguien en cuya compañía no nos sentimos a gusto o con quien sale a relucir lo peor de nosotros. Este sentimiento suele ser, además, mutuo. Cuando percibo esta energía negativa junto a alguien procuro evitar a esa persona. Desgraciadamente, me ha pasado que se tratara de un familiar. En esos casos tuve que aprender a reponer mi energía después de haber estado en su presencia. Evitar discusiones y peleas con suegras, madrastras o jefas tóxicas a la vez que mantienes la asertividad y compostura no es fácil, pero se puede conseguir.
- Si una cajera, vendedora o cualquier persona que no conozco se muestra grosera, en lugar de soltarle un improperio, respiro hondo, sonrío y le digo algo agradable. Por lo general me sonríen de vuelta y las dos nos sentimos mucho mejor.
- Si la persona difícil es un cliente y el motivo de su actitud es un error mío, no me pongo a la defensiva, que es contraproducente. Simplemente admito y corrijo el error y lo suelen entender, porque todo el mundo se equivoca alguna vez. Si el cliente es desagradable por norma dejo de trabajar con él o ella, pero por mi parte no hay malas palabras ni una mala actitud.
- Me pregunto a menudo: “¿Prefiero discutir o ser feliz?” La vida es demasiado corta para emplearla peleando por trivialidades. Algunas personas, sin embargo, resaltan lo mejor de mí, mientras otras sacan lo peor que tengo dentro. Todos tenemos un lado oscuro, pero por fortuna, sólo hace falta un rayo de luz para iluminarlo. Lo más importante es ser conscientes de ello. El auto-conocimiento es una poderosa herramienta para tratar con personas tóxicas.
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