En su lugar, los castellanos o caballeros, que así se les conoce a los que siguiendo a Alfonso VI y en sus filas, se instalan en nuestra ciudad, junto a ellos, los ya conocidos mozarabes (cristianos con costumbres árabes por los mas de 300 años de conquista) y por supuesto los judíos, cultura alojada a través de los siglos y con los inconvenientes y beneficios que les ocasionaban. Todos ellos deben adaptarse y acoplarse, eligiendo para ello diferentes zonas y dirigidos por diferentes normas, alcaldes y jueces.
Los mozarabes, conservadores del cristianismo visigodo, reclaman sus derechos pues gracias a su intervención desde dentro, Talavera es ahora cristiana.
Y los judíos, este pueblo que al igual que con la conquista musulmana, su intervención pareció decisiva o al menos tras ser esclavizados por los visigodos, se encontraban en el lado de los vencedores, ahora que con los nuevos musulmanes, las condiciones especiales conseguidas con el antiguo régimen califal, se ven perdidas, vuelven a estar del lado de los vencedores, tratando, aconsejando y costeando las luchas del rey cristiano.
Y con estas tres culturas y sus diferentes normas hoy hablaremos de cómo se acoplaron los Castellanos o Caballeros, como se les conocía, venían siguiendo y luchado con el rey en el afán de la reconquista, y también junto a ellos, aunque en menor número y mas interesados en quedarse únicamente en Toledo, los francos, ingleses e italianos, la mayoría comerciantes. La necesidad de tratamiento especial o diferente, hace que el rey a ellos les aplique el fuero viejo de castilla, y cree dos alcaldes en la ciudad, uno para cada una de las tendencias pobladoras.
Por disponibilidad, habilitaron sus casas y comercios en la Corredera del Cristo y calles aledañas, junto a la Puerta de San Pedro, ante la necesidad de una iglesia para poder practicar su culto, cristiano gregoriano, se construye la iglesia de San Salvador, tras la muralla, y con uso además para dirimir los problemas legales que surgen entre ellos, y teniendo y sirviendo de sala de juicios su pórtico, una de las mas antiguas de nuestra ciudad.
Los castellanos en ciudad desconocida y teniendo que adaptarse a esta nueva vida, encima compartida con los mozarabes que por numero y antigüedad en el misma se sienten mas poderosos, incitan a algunos caballeros a tener los nervios mas delicados y esto produce enfrentamientos entre ellos, que deben juzgarse en esta iglesia, así y con las leyes del nuevo fuero, las lindes suelen ser grandes problemas a solventar, las propiedades de ganado o diferentes problemas surgidos en la caza de un animal, hacen a su alcalde tener que imponer penas y esta preciosa y magnifica iglesia es testigo y sufridora de las exposiciones y soluciones durante siglos.
Se cuenta que entre los muros de esta iglesia, algunas cristianas en señal de penitencia por pecados o pensaremos mejor en agradecimiento a gracias concedidas, se emparedaban entre sus muros, con una única rendija para recibir limosna, esta práctica podía durar semanas, incluso meses, si sobrevivían, claro, no puedo dejar en pensar en lo espeso que debía ser el aire en esa zona, que por muchos naranjos, o aromática vegetación que se plantase, poco podría hacer, esto en la edad media y en ciudades cristianas parecía no importar mucho, ¿o será un mito?.
Otra historia sobre esta iglesia es la forma en que fue financiada, se dice que el rey Sancho IV, tras venir a Talavera a castigar a los caballeros con intención de unirse a la causa de su padre, quitó todas sus pertenencias a sus familias y las vendió, cediendo el dinero de la venta para su construcción. Elegida y preferida por los corregidores, o recordada por los conquistadores de América, cualquiera de las opciones se adapta al porqué de su apellido.
La Iglesia de Salvador de los caballeros. Su abside es impresionante y hermoso, en ladrillo, admirarlo en un paseo desde la plaza del reloj, en un suave deslizar tras pasada la torre albarrana que marca el perímetro de las murallas, aparece en su belleza esplendida y con la majestuosidad que dan los años, el corazón se acelera y la razón hace sonreir al visitante que con curiosidad histórica mira su torre de tres pisos, sujetando y alojando el campanario, que debió marcar tantos momentos de culto o juicio dependiendo de la ocasión, y protegiendo el pórtico que los soportó en enfrentamientos de acusaciones y defensas, mientras silencioso su interior, recogía el culto y la adoración, adornado de la tan ilustre cerámica representando los evangelios.
Dicen los que han entrado que la sensación es especial en este templo, y sólo por la historia y magnificencia de su porte, debe serlo. Conserva el sepulcro algo alterado en su estado, del Cardenal García de Loaysa, otro Talaverano ilustre, arzobispo de Sevilla e inquisidor general.
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