La nueva reforma energética del Gobierno tendrá muchas consecuencias pero sin duda alguna, la más asombrosa, es la creación de un nuevo impuesto, el “peaje de respaldo”, y quien no lo pague podrá ser sancionado con una cuantía que puede llegar a los 60 millones de euros.
Este “peaje de respaldo”, término acuñado por Iberdrola, tendrán que pagarlo todos aquellos que dispongan de una placa solar en su tejado o de cualquier otro sistema de producción de electricidad renovable propio.
Pueden volver a releer el párrafo anterior y volver a asombrase. El nuevo impuesto gravará la generación de energía a nivel privado, usted ya no podrá utilizar la energía solar sin pagar previamente este impuesto. El estado le obligará a pagarle por usar el sol.
Este nuevo impuesto se ha creado debido a que Iberdrola veía en el autoconsumo una importante amenaza a su monopolio. Debido a este miedo de Iberdrola por perder su control de la energía en España, en abril de 2012, en la presentación del director de Prospectiva Regulatoria de Iberdrola, ya se proponía un fuerte incremento del término fijo de los costes de acceso, la potencia y, asimismo, la creación del peaje de respaldo para el autoconsumo. Como acabamos de ver, Iberdrola pidió hace poco más de un año la creación del impuesto al autoconsumo y ahora, el Gobierno complacerá dicho deseo.
El estado español demuestra una vez más que el sector energético en España es un monopolio absoluto y que no dudará en reforzarlo a toda costa y que el consumidor le importa poco no, nada.
Veo en esta situación una magnífica oportunidad para reiterar que en España, cualquier atisbo de capitalismo y liberalismo, es puro espejismo. España no tiene nada de liberal ni de capitalista. Es común oír a la gente echarle la culpa al capitalismo y a las “políticas neoliberales” de dichos sucesos, nada más lejos de la realidad. Todo aquel que diga que en España hay un sistema capitalista y liberal demuestra su más absoluta ignorancia.
Volviendo al tema de la energía, el Estado ya no se contenta con controlar el mercado de la energía, ya te impide siquiera que tú crees energía y la uses. Vamos a poner un ejemplo para tratar de ver la magnitud de dicha reforma: Imagínese una sociedad en la que el Estado es el único que puede abrir bares y si usted quiere comer fuera de su casa ha de comer en un bar del estado por narices, eso es lo que sucedía hasta hoy con el tema de la electricidad en España. Ahora, imagínese una sociedad en la que aparte de que el Estado es el único que puede abrir bares, si usted desea comer en su casa y no ir a un bar, el Estado le cobrará un impuesto por comer en su casa, esa es la nueva situación de España. El Estado ha decidido que usted le pagará cada vez que coma, lo haga en los bares estatales (los únicos disponibles) o en su propia casa con la comida que usted ha preparado. Como podemos ver, el ejemplo que acabo de poner nos resulta absurdo pero esto es ni más ni menos lo que sucede en España con la energía.
Antes de finalizar el artículo, y como es costumbre en mí, le exhorto a que no se quede parado, tragando y diciendo “sí bwana”. No podemos quedarnos parados ante semejante atropello, es hora de dejar claro (mediante la palabra) que ya está bien, que no pensamos seguir pagando ni “peaje de respaldo”, ni IVA, ni IRPF, ni IBI, ni ningún impuesto. Tenemos que dejar claro que lo único que tiene que hacer el Estado es dejarnos en paz, que no queremos sus servicios ni que sea el intermediario de nada en absoluto. No sé a qué espera la gente para pedir la extinción del Estado y no su aumento como piden los famosos grupos ultraestatistas del “15M”, “Indigandos” y demás. El Estado no tiene ninguna legitimidad para someternos.
Fuente: Negocios.com
C. Marco