- La única esperanza que nos queda es que en todos esos lugares donde se anuncia la despoblación en pocos años, hay personas que nunca tiran la toalla y eso siempre te ayuda a mirar con una pizca de optimismo.
Brechas despobladoras se abren en todas partes. Son como pequeños terremotos que van desgajando sin piedad la corteza humana. Aqui Lanestosa. Allá los Llazos, Casavegas, Quintanilla de Corvio y tantos otros... Rondando en ambos sitios el cierre definitivo, pero resistiéndose también mientras alguien siga creyendo que se puede.
Lanestosa es el pueblo más pequeño de Vizcaya. En el siglo XII cruzaban por su suelo empedrado las carretas que iban hacia Laredo o Burgos, por el puerto de Los Tornos.
Aquel paso motivó que creciera hasta que comenzó el declive a finales del XIX al agotarse su mina de zinc. Ahora se encuentra como los nuestros en un compás de espera. Aunque las autoridades locales trataron de buscar nuevos eventos, hasta construyeron una promoción de viviendas baratas y se abrió una residencia, aquello fue como poner piedras sobre cimientos inestables. Las viviendas pronto se quedaron vacías y los puestos de trabajo vacantes.
Leo en un diario nacional que no tiran la toalla y vuelven a empezar de cero. Una vez creados los caminos, con un museo de la prehistoria donde antes estaba la mina, y una veintena de rutas de extraordinaria belleza, están buscando empresarios para el turismo rural, con la idea que en su día motivo a nuestra desaparecida asociación Fuente Cobre, la creación de un huerto escuela que enriquezca la fórmula de cara a ofertarlo a grupos escolares de Bizkaia, Cantabria y Burgos.
Casi en la misma línea de lo que tenemos en San Salvador: un grupo de viviendas baratas, de las que sólo tres están ocupadas; una residencia de ancianos que probablemente se caiga antes de echarla a andar y mucha incertidumbre porque todo parece fluir en horas bajas.
La única esperanza que nos queda es que en todos esos lugares donde se anuncia la despoblación en pocos años, hay personas que nunca tiran la toalla y eso siempre te ayuda a mirar con una pizca de optimismo. Imagen: @José Luis Estalayo