Como las plantas más umbríasque buscan la luz más hondaarraigada entre sombrasen sus labios escondida...
Como plantas arraigadas al suelo, atrapadas de por vida a sus raíces como oscuras y asustadas varicestan largas que traspasan los avernos.
¡Qué extrañas las plantas del cementerio...!
Ellas son las almas que brotan al biés, tan soberbias y bien sujetas por los pies,luciendo sus mancas alas sin brío.Son ellas cenizas de pájaros libresque recomponen el universodando la vida a los mundos muertos .Pájaros presos que dibujan versosllenos de luces vírgenes y aire,pájaros atados al suelo, cobardes.Y así es el alma del poeta; los pies en el suelo ingrato y los ojos posados en la incierta cadencia de los sentidos del espíritu inquieto de su inconsciencia. Vendida por siempre ya su existencia al duende bello de la belleza... En venta sus dedos yermos a la más alta idea compañera de los dioses, diosa ella.. Entregados sus sueños todos al jornalero nocturno que roba el descanso del alma libre para encajar los anchos horizontes en las métricas estrechas.