Si estás pasando por un periodo de depresión debido a las altas y bajas del emprendedurismo, no estás solo. Muchos emprendedores experimentan periodos cortos de depresión (es decir, menos de un mes), especialmente después de vender una empresa, vivir un fracaso y rechazo, o enfrentar un gran cambio en el negocio. Y con tantos mitos culturales sobre cómo los emprendedores son o deben ser, algunas veces el miedo de que estás “quedándote corto” puede deprimirte.
La depresión alimenta sentimientos de auto duda, arrepentimiento, preocupación y temor que pueden detenerte de alcanzar tus metas si dejas que se te salga de las manos. Pero los periodos cortos de depresión son sumamente comunes y pueden ser pistas útiles de cosas que necesitan cambiar. “Los estados de humor negativos son simplemente señales de que algo sucede a lo que deberías prestar atención”, dice Julie Hergenrather, psicóloga ejecutiva. “No hay fallas de personalidad”.
Por eso te recomendamos seguir estos pasos para identificar y disminuir la depresión:
1. Identifica los cambios de humor
La depresión raramente se identifica desde el principio, entendiendo qué sucede y por qué, sino que empieza con un sentimiento negativo de que siempre nos hacen a un lado.
Por ejemplo, podrías sentir que tu ritmo cardiaco se acelera, que la energía disminuye o que tu cuerpo se tensa en reacción a una decisión o interacción del negocio. “Ése es un buen momento para detenerte y preguntarte en qué estás pensando”, dice Hergenrather. Tu reacción física es simplemente una forma de alertarte de un posible problema.
2. Nota qué pensamientos te hacen sentir mal
Durante los momentos de depresión, nuestros pensamientos tienen un tinte negativo o fatalista. Pensamientos como “soy un fraude” o “nunca saldré adelante” son muy comunes. Muchas veces, estas ideas son tan automáticas que ni siquiera reparamos en ellas, pero se guardan en una espiral negativa.
Para develar estos pensamientos automáticos, explícalos en voz alta o escríbelos. Excava más profundamente preguntándote cómo te sientes en torno a ello o qué piensas que sucederá. Busca pensamientos que evoquen una reacción emocional genuina. “Los pensamientos que realmente causan el problema son los que tienen un empuje emocional mayor”, dice Hergenrather.
3. Pregúntate si estos pensamientos son verdaderos
Los pensamientos automáticos relacionados con la depresión tienen un flujo fatal: generalmente son falsos. Se sienten verdaderos, pero eso no significa que lo sean. Una vez que sabes qué pensamientos están generando el problema, rétalos.
Pregúntate: ¿Puedo pensar en otras veces donde este pensamiento no haya sido 100 por ciento verdadero? ¿Hay otro lado de la historia? ¿Qué me diría un consejero en quien confío? ¿Hay algún problema que pudiera resolverse? Busca cualquier evidencia que pueda sugerir que tu pensamiento automático es incorrecto o incompleto. “Rétate a pensar en la situación con mayor exactitud”, dice Hergenrather.
En algunas situaciones, un pensamiento puede ser verdadero (por ejemplo: mi compañía fracasó), pero el significado atado a él (por ejemplo; nunca tendré éxito) no es objetivamente verdadero. En esos casos, reta el significado.
4. Reescribe la historia de tu situación
Una vez que retaste a los pensamientos automáticos, haz un resumen de lo que has descubierto. Dítelo a ti mismo en voz alta. “No cambiarás la situación, pero tendrás una perspectiva más balanceada”, afirma Hergenrather.
Si notas que los mismos pensamientos automáticos son recurrentes, intenta escribir la perspectiva balanceada en una nota y sacarla siempre que necesites un recordatorio. Cuanto más rápido identifiques y saques a la luz los pensamientos negativos, menor poder tendrán para deprimirte.
Nota importante: Si experimentas depresión por más de tres semanas, y persiste a pesar de tus esfuerzos de aliviarla o está asociada a pensamientos de autolesión, por favor visitan a un terapeuta profesional. La depresión es tratable, sólo necesitas pedir ayuda.