Abrimos el grifo y agua va!! Pero con el paso del tiempo los restos sólidos, como la cal, se van acumulando y hace que no todo vaya bien, como al principio, el chorro de agua no termina de salir homogéneo o con la presión que debería.
Todos los grifos incorporan en la boquilla un filtro que rompe el chorro de agua con lo que hace que salga de forma más uniforme y evita el paso de materias sólidas. Cuando uno de los anteriores síntomas aparece, podemos remediarlo de manera rápida y fácil.
La única herramienta que vamos a necesitar es una llave inglesa.
Lo primero que vamos a hacer es colocar el tapón del lavabo, fregadero, etc. Donde vamos a trabajar. Esto nos servirá para no causar un problema mayor si se nos cae alguna pieza pequeña.
Si observamos la boquilla de nuestro grifo tiene un par de muecas (apreciable en la imagen), nos servirán de apoyo para nuestra llave inglesa, con ella aflojaremos la rosca y sacaremos la boquilla.
Ahora observaremos tres piezas, la boca del grifo, el filtro y una pequeña junta de goma, la cual tenemos que vigilar y no perder.
Para limpiar el filtro podemos colocarlo del revés bajo el chorro de agua para que salga el sedimento. Si con ello no sale, podemos sumergirlo unos minutos en vinagre para que disuelva o ablande la cal y retirarla después con un viejo cepillo y el chorro de agua. Si aún se resiste, lo mejor es cambiarlo, no es algo caro, pero recordaremos de llevar el viejo de muestra a la ferretería o fontanería.
Colocarlo es igual de sencillo.
Esta fácil tarea de mantenimiento nos ahorrará incómodos ruidos al salir el agua, salpicaduras molestas e innecesarias y en el peor de los casos, un atasco.
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