Cómo manejar las finanzas de tu emprendimiento y personales
¡Hola! Hoy, Esti me prestó su espacio para poder acercarme a ustedes y compartirles un poquito sobre mi tema, a la espera de serles de ayuda.
Por si no me conocés, soy Nora, de Mamá, mujer, humana, y escribo sobre trabajar desde casa (sobre todo cuando se es madre) y todo lo que eso implica. Y parte de eso, es el dinero. Y de eso vamos a hablar hoy. ¡Pero no entres en pánico! Te prometo que voy a hacer todo lo posible para que sea lo más ameno posible.
Sí, es un tema por el que solemos tener disgustos y hasta alguna que otra rabieta. Pero, ¡hey! ¡Si estás acá, seguro que tenés que pagar (por lo menos) Internet! Así que vamos a poner manos a la obra, te voy a contar cómo manejar las finanzas de tu emprendimiento y personales.
El contexto
Seguro que ya tenés tu idea de negocio en marcha (o por lo menos estás muy pronta a ello), tu página bella y lista, atrayendo una gran cantidad de visitantes, haciendo crecer tu lista de suscriptores, enamorándolos con tus creaciones (de la índole que sean) y aprovechando todos los consejos que nos muestra Esti para establecer y organizar nuestros emprendimientos.
¡Hasta es probable que tengas un calendario editorial, de marketing o eventos armado y todo! Estás tan preparada que hasta podés abastecer a 100 clientes este mismo mes (o al menos a 10, ¿verdad?).
Ya tenés gráficas, textos, páginas de venta, precios y hasta unos cuantos clientes ansiosos. ¡Y todavía fuiste lo suficientemente cuidadosa de calcular tu precio y las ventas necesarias para que tus ingresos te permitan vivir todo el mes!
Sin embargo…
Cuando entra el dinero, se esfuma y todavía no sabés hacia que dirección se fue. Lo tenías todo fríamente calculado y al momento de cobrar, no pudiste sentir la textura de los billetes. ¿Cómo es eso posible?
Cuando tu emprendimiento finalmente se puso en marcha, te diste cuenta que no todo lo que ingresa va para el bolsillo. Tu empresa tiene sus propios gastos. Tenés que reponer material, pagar servicios como la luz, el alquiler, teléfono y hasta algún programa que estés utilizando para facilitarte las tareas.
Además, tenés que preveer algunos gastos que vendrán más adelante, pero que seguro que no vas a querer esperar a estar sobre la fecha para pensar en la fuente que va a pagar por ellos. ¿Tenés algún plan para la renovación de hosting, dominio, suscripciones anuales?
¿Y qué hay de invertir en vos? Porque aunque seas una experta en tu nicho, siempre vas a poder aprender algo nuevo, algún truquillo que te permita darle un valor agregado a tu trabajo. Un toque extra y hasta más personal o simplemente algo que te evite entrar en ese estado de catástrofe apocalíptica en el que a veces solemos situarnos.
Después de todo, “Nuestro conocimiento es una pequeña isla en el enorme océano del desconocimiento” – Isaac Bashevis Singer.
E incluso, invertir en vos no tiene porque ser ganar experiencia profesional. Puede ser contratar un mentor. Alguien que te guíe para que recorras el camino que ellos ya recorrieron. O un coach, con quien puedas trazar tus acciones para cumplir tus objetivos.
O hasta un merecido descanso después de todo un año de trabajo duro.
¿Pero cómo?
Bueno, primero lo primero. Esto tanto para tu vida personal como para tu emprendimiento. Te conviene tener algunos puntos claves. Para empezar, tu punto de partida y tu punto de llegada. Es decir, cuál es tu situación actual y hasta dónde pensás llevar tu emprendimiento. ¿Querés convertirte en la próxima estrella invitada al programa de Oprah? ¿O te conformás con ganar lo suficiente como para comenzar tu propia lucha personal contra el calentamiento global y equipar toda tu casa con equipos ecológicamente amigables?
Teniendo esto en claro, realizate las preguntas de oro:
¿Cuánto necesitás?
Es importante que tengas tus números claros. Una cosa es los millones que querés en tu cuenta para poder irte a un crucero por el caribe. Pero otra es el dinero que necesitás para que vos y tu emprendimiento puedan seguir en funcionamiento hasta el próximo mes (y con “suerte” y mucha estrategia, esperemos que más).
Tené tus número claros. Conocé las cuentas que tenés que pagar mes a mes. Tanto en tu emprendimiento como en tu vida personal. Y si todavía no tenés ni idea, organizá un cacería (sin heridos) para obtener tantos recibos como puedas de tus gastos de los últimos meses. Además, es buena práctica registrar los gastos que realizas a diario para ir llevando un control y notar tus hábitos y gastos automáticos que no estabas teniendo en cuenta.
Una vez que tengas todo listo, ponete una mano en el corazón y analizá. ¿Qué es realmente indispensable de todo eso para que puedas subsistir? Hay que ser honestas. Si recién estás empezando, es probable que al principio tengas que dejar algunos gustos guardados en el cajón. Una vez que tengas decidido qué cosas se quedan sí o sí y qué cosas podés evitar por un tiempo (de necesitarlo), hacé la suma final y conocé tu número real. Eso es lo que necesitás para subsistir.
¿Cuánto querés?
Si bien en algún momento dije que no me gusta planificar a largo plazo porque no sé qué es lo que va a ser de mí en el futuro, comencé a tomarle cierto gusto y a ver sus beneficios. Puede que el futuro sea incierto, pero eso no me va a impedir seguir luchando por mis sueños fechados. ¿Y qué son los sueños fechados si no objetivos a largo plazo?
Bueno, con tus ingresos también tenés que plantearte objetivos a corto, mediano y largo plazo. Probá que te funciona mejor a vos, pero a mí (y para sorpresa de mi afirmación anterior) comenzar por el objetivo mayor hacia el presente se me hace más fácil. De esta forma, el objetivo final es el sueño cumplido, y los objetivos a corto y mediano plazo terminan siendo como metas intermedias que nos muestran que estamos acercándonos a destino.
Entonces, preguntate, ¿Cuánto querés ganar? ¿En cuánto tiempo? y marcate metas intermedias para ir sumando lentamente.
Si eres emprendedor, con tus ingresos tenés que plantearte objetivos a corto, mediano y largo plazo.Click To TweetEstrategias
Ya sabés cuánto necesitás tanto para tu emprendimiento como para tu vida personal. Pero si no lo mantenés claro desde el princpio, es fácil hacer un tornado y terminar en el mundo del mago de Oz y sin saber dónde estás parada con tus cuentas. Por eso, como primera parte de la estrategia, te propongo dos opciones y, con suerte, utilizás las dos a la vez, ya que se complementan muy bien.
La primera es tener un mínimo de 2 cuentas separadas. Una sería para tus ingresos personales y otras para los ingresos para tu emprendimiento. Después, si ya estás más canchera y te sentís más pro, podés agregar cuentas para ahorros. O para algún gasto específico que sólo ocurra cada determinado tiempo (por ej., un gasto anual) para que puedas ir juntando ese dinero asegurándote de no tocarlo. Y si no te gustan los bancos, podés intentar el viejo método de los sobres, pero poder acceder a tu dinero tan fácilmente es más peligroso.
La segunda opción de esta estrategia está muy ligada a la anterior y juntas, son dinamita. ¿Estás lista? Lleva registros. Anotá cada centavo que entre y cada centavo que salga.
No te asustes que ya te estoy viendo poniendo cara de dolor de muela. No hace falta que anotes todo en la planillita o aplicación ni bien sucede. Podés ir sacando fotos a los recibos, tomando notas en tu celular o hasta hacer grabaciones de vos. Después te ponés un día a la semana y, ahí sí, lo pasas al método de registro que estés utilizando. No te digo cada 15 días porque cuanto más tiempo pases sin ojear tu registro y presupuesto, más probabilidades hay de que te salgas de tus márgenes y no cumplas con tus objetivos.
Y ya que estamos con objetivos…
Utilizá tu agenda, aunque sólo sea la de Google
Aprovecha la fantástica tecnología, con sus funciones de alarmas y recordatorios, para recordarte cuando se viene un gasto importante, un cumpleaños, una renovación de licencia o lo que sea que implique un gasto de dinero para no pasarte y poder planificar a tiempo.
Por ejemplo, si se viene el cumpleaños 90 del tío Ermenegildo, y resulta que vos sos la encargada de la mesa de dulces, programá unos recordatorios para 2 o 3 meses antes, como para ir guardando algo de dinero y que no te agarre el gasto de sorpresa y termines desequilibrando tu presupuesto mensual.
Planificá tus ahorros
Seguro que cuando comenzó el año te propusiste viajar a Las Vegas, besar a George Clooney y ganar la medalla de oro de alguna de las destrezas deportivas de las olimpiadas. ¿A no? Yo tampoco, todo eso me da pereza (excepto por lo de George Clooney, eso no estaría mal). Pero es más que probable que en algún punto, el dinero esté involucrado. Ya sea porque tengas que realizar algunos ajustes a tus hábitos o porque quieras comprar algo, tu billetera va a tener algún tipo de protagonismo.
Entonces, ¿por qué no planificar la forma y cantidad en que vas a ahorrar ese dinero o qué vas a hacer con el dinero sobrante? Supongamos que te querés comprar un lavarropas (no tiene nada que ver con ser mujer, es un caso de la vida real. Más concretamente de mi vida real). Y ese lavarropas sale $1500 (euros, pesos, dólares, reales, eso no importa). Si estás en enero y lo querés comprar para octubre, lo que vas a hacer es ver cuánto necesitás guardar cada mes para llegar a comprartelo.
En este caso $1500 en 10 meses, son $150 al mes. Ahora, sólo tenés que decidir dónde vas a poner esos $150 cada mes. Puede ser una cuenta bancaria (¡hasta una que genere algún tipo de ganancia!), un sobrecito o el viejo chanchito. Y cuando llegue el momento, allí estará tu dinero. Listo y pronto para reducir tu tiempo físico en el lavado de 2 horas a 15 minutos.
Ya sea porque tengas que realizar algunos ajustes a tus hábitos o porque quieras comprar algo, tu billetera va a tener algún tipo de protagonismo.Click To TweetY por último, pero no menos importante…
El famoso “págate primero a vos”
Asegurate de tener el dinero que necesitás para vivir. Trabajaste mucho y encima controlaste y planificaste tus finanzas. Ahora no podés dejar que éstas te pongan en último lugar.
Depositá tu sueldo que solo vos te estás pagando en tu cuenta personal y presupuestá sabiamente como vas a utilizarlo y aprovechá todos los consejos anteriores para que te rinda el máximo.
¡Y ahora te toca a vos! ¿Cuál es el mayor problema que tenés con tus finanzas? ¿Tenías algún método para controlarlas?
¿Qué te han parecido los trucos de Nora? Espero que te haya gustado por que ella es una de las expertas que van a participar en el curso que estoy preparando: Planificar para Ganar.
Y mientras termino de prepararlo todo, te invito a que te apuntes al curso gratuito para que crees tu estrategia emprendedora ganadora:
ME APUNTO AL CURSO GRATIS