Cómo mantenerte en forma sin dejar de viajar

Por Martineznotte Alejandro Martínez Notte @martineznotte

Ambas son tendencias mundiales. Es decir, el ciudadano del siglo XXI, probablemente, ha incorporado conceptos propios de esta época, por ejemplo: 1. es bueno viajar (y los avances científicos y técnicos lo hacen cada vez más factible) y 2. es bueno cuidar de la salud en sentido amplio, comenzando por el bienestar ligado con la alimentación y el ejercicio físico.

Sin embargo, al intentar una coincidencia entre estos propósitos, habitualmente terminamos resignando uno de ellos para conseguir el otro. Si estamos de viaje, olvidamos la rutina de ejercicios o comemos sin control. Y si estamos en casa, atendemos a lo primero, pero eso parece incompatible con la maleta.

Si algo de esto te ha ocurrido ya, sabes pues que mantenerte en forma mientras viajas no es tan fácil, pero afortunadamente el Gaming Club tiene algunos consejos, que puedes consultar en su web. En resumen, y entre otros detalles, se trata de caminar, no saltar comidas, y comenzar el día con una pequeña rutina de ejercicios físicos.

Además, es bueno tener en cuenta que en ciertos destinos, como el desierto de Atacama, algunas atracciones o actividades pueden poner en riesgo la salud. El caso de Atacama es notable, porque se trata de un lugar sin infraestructura médica inmediata, y con una altura de más de 4000 metros, lo que genera el mal de altura, soroche o apunamiento.

Estas afecciones, que hasta pueden dar por terminado nuestro recorrido, se enfrentan mejor si no se padece sobrepeso, tanto como si cuidamos la hidratación durante toda la excursión, además de sostener el ritmo cardíaco en la medida en que nos encontramos en forma, o sin exceso de peso.

Más allá del ejemplo citado, las tendencias como el senderismo, o el ciclismo, se han asentado en los viajes porque destacan la posibilidad de conocer un lugar que propone atracciones naturales, sin contaminar, y hermanando estas ideas: se puede viajar, disfrutar, conocer, descubrir, y hacerlo de forma saludable y sustentable.

Claro, la cuestión es que, para conseguirlo, es preciso haber incorporado hábitos que no se suspendan fuera de casa. La conciencia de estar viajando sin perder de vista valores globales como el cuidado del medio ambiente, o la alimentación saludable, debe incorporarse desde nuestro lugar de origen.

Más allá de que hay destinos en los que algunos de estos consejos resultan difícilmente practicables por la diferencia de cultura, lo cierto es que prestando atención a detalles como no descuidar las horas de sueño, intentar aprovechar el gimnasio del hotel en el que te hospedas, y comprender la carta de los restaurantes, para saber qué estás comiendo, podrás viajar y sentirte mejor. Que no es poco.