El color debe ser elegido a conciencia, pues determina nuestro estado de ánimo y da una imagen de nuestra personalidad, atrevida, sexy o juvenil.
Si tus labios son gruesos, perfílalos por la línea interna, huye de los rojos oscuros de los tonos nacarados, o los colores muy claros, utiliza las barras de labios mates, duran más tiempo.
Si por el contrario son muy finos y quieres darles más volumen, perfílalos por fuera, rellénalos con un pincel y por último añade gloss.
Si tus dientes están amarillentos, huye de los tonos marrones, los rojos brillantes producen el efecto de blanquear los dientes y tu sonrisa lucirá mucho más sugerente.
Si eres rubia y ojos claros, opta por los tonos naranjas, melocotón, marrones suaves o tierras, pero no te olvides del gloss para que tus labios luzcan la máximo.
Si eres morena, pero tu piel es blanca, los colores que mejor te van son los tonos rosas, lilas y corales, si te atreves con el rojo, causarás sensación.
Si tu piel es oscura, debes utilizar colores nacarados, brillantes y profundos, los que menos resaltarán con tu color de piel serán los tonos amarillentos.
Como en toda regla de oro a la hora de maquillarnos, lo mejor es ir probando los tonos que mejor se adapten a nuestra personalidad, o tono de piel, pero pruébate siempre con luz natural.
Y más importante que el color, es elegir barras de labios de calidad, que sean hidratantes, para mantener tus labios hidratados y tersos y de vez en cuando aplicar bálsamo labial, sobre todo en invierno.