Es complicado llorar sin que se corra el rímel. Vestir con la falda de largo adecuado para que no se moleste el novio de una. Disimular un labio hinchado. Encontrar la tonalidad exacta de un corrector para cubrir un morado: más amarillo si el golpe es reciente. Naranja, si ya va desvaneciéndose. Que mira que se resiste el morado a desaparecer… Estos consejos son fáciles de encontrar en la red. Hagan la prueba. Googleen: “Cómo maquillar un ojo morado”. Encontrarán más de 92.000 resultados.
El hecho de maquillar, de disimular el maltrato, de estar reventada y arrasada por dentro y continuar, por fuera, con la mejor cara como si nada es el pan nuestro de cada día de cientos de mujeres. Sobre todo de las más jóvenes. Llegar a ellas es fundamental a través de la red. La sociedad cambia y cada vez son menos conscientes de las nuevas modalidades de acoso y maltrato psicológico. Muchas de ellas son insultadas y controladas por la mensajería instantánea y ni siquiera son conscientes de que las amenazas por WhatsApp, pueden ser constitutivas de delito. Llegar a ellas desde su principal medio de evasión: las nuevas tecnologías, es fundamental.
La campaña del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad lo ha conseguido lanzando una original campaña en Youtube basada en las frases con las que comienza este artículo. Así, cuando una chica en situación de peligro busque cómo tapar el maltrato, encontrará un mensaje para que actúe, para que lo denuncie. Se ha contado con la ayuda desinteresada de las cinco videoblogueras más influyentes a nivel nacional. Los tutoriales de maquillaje comienzan como si nada. Como una grabación cualquiera. Hablando de tonalidades y consejos de belleza. A los pocos segundos, se callan y muestran una cartulina con el eslogan de la campaña. Y el teléfono 016 de ayuda. Un teléfono gratuito y que no deja rastro en la factura.
Unos vídeos que, desde el lunes, han conseguido 300.000 visitas con un coste mínimo y que nacen con vocación de permanencia. Un ojo morado es sólo la punta del iceberg. Denuncien el maltrato. Empar, de 21 años, y cofrade del Santo Sepulcro del Canyamelar ya nunca podrá hacerlo.
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