Cómo muere la creatividad y qué hacer para evitarlo: Casos.

Publicado el 08 diciembre 2016 por Miyo @miyocomunica

Nos ponemos en situación:

Estamos en una reunión de trabajo… un posible brainstorming para sacar la mejor idea, aquella que necesitamos para un cliente.

¿Qué ocurre?

  • Aparece una idea que genera silencios, incomodidad.
  • Aparece una idea bastante original y más o menos, todos están de acuerdo y la ven viable.
  • Aparece una idea que genera risas y debate, discuten, no la ven viable.

¿Qué idea se escoge?

Os dejo pensar….

En la mayoría de las ocasiones, la idea adoptada es aquella viable, en la que todos están de acuerdo y es original. Parece lo más correcto, ¿no?

Seguramente una vez que esa idea salga al mercado será más o menos buena y conseguirá más o menos sus objetivos.

Pero… ¿cuál era la mejor idea?

Seguramente, esa que generó risas y debate:

Una buena idea tiene que despertar algo, una emoción, un sentimiento… y generar debate.

Si cinco personas han debatido y se han reído en una mesa con esa idea. ¿Qué no harán una infinidad de personas en las redes sociales? Seguramente, es la idea más acertada (según objetivos, claro) para convertirse en viral y/o hacer interactuar a los públicos.

Incluso la idea de los silencios, está despertando algo. ¿Por qué no explotarlo?

Si todos están de acuerdo de manera unánime en una idea más o menos original, seguramente esa idea no movilice a los demás.

Pero en la mayoría de las ocasiones, estas ideas se desestiman porque… ¿Y si…? ¿Y si no…?¡Es demasiado arriesgado! ¡xxx no la aceptará!

Aún no siendo viable, la idea que generó debate puede reconducir a la idea estrella.

Ahora, imaginemos que hemos adoptado la idea más loca, que más risas y debate genera. ¿Qué pasa entonces? En muchos casos, la idea pasa por tantas manos que acaba perdiendo su esencia.

Veamos un ejemplo (muy exagerado) qué lo explica a la perfección:

Vídeo casero que se hizo viral con más de 10 millones de reproducciones.

Posteriormente, la agencia “Young and Rubicam” hizo una parodia bastante fiel sobre lo que hubiera pasado con ese mismo vídeo en una agencia…:

Como la vida misma, ¿no os parece?

En este punto, ya somos conscientes de cómo muere la creatividad y qué hacer para evitarlo y lo más importante qué no hacer: Prejuzgarla.

Aceptemos todas las ideas, especialmente aquellas que generen “algo”: emoción, incomodidad, debate, etc.