También podrían haberlo destituido la misma noche de las elecciones, como exigió el ex presidente de Castilla y León Juan José Lucas, o al menos ponerlo a cargo de la fotocopiadora del CIS.
Tezanos y su comportamiento reflejan lo que constituye la esencia del sanchismo: descaro, desvergüenza y utilización de las instituciones y del dinero público en beneficio del partido socialista y del propio Pedro Sánchez, algo desvergonzado y contrario a la democracia que en España, por desgracia, no es considerado delito, pero que en cualquier otra democracia de nuestro entorno sería causa de dimisión o destitución fulminante.
Muchos españoles con libertad de pensar y discernir creen que su mentor y protector, Pedro Sánchez, que es quien le ha puesto al frete del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), debería también ser juzgado y condenado por carecer de ética, violar la transparencia y la limpieza que requiere la democracia y por reírse y escupir sobre el inalienable derecho de los ciudadanos a ser informados veraz y eficazmente en democracia.
Pero nada de eso ocurrirá por dos razones: porque las leyes en España benefician a los políticos siempre y porque España es un hediondo lago de corrupción donde florecen los comportamientos más sucios y deleznables, sin que sus autores y promotores sufran castigo alguno.
Dice Manuel Bohórquez en su articulo: que ya deberían haber detenido a Tezanos por haberse equivocado de nuevo en su pronóstico electoral, esta vez en Castilla y León, y por intentar influir en la decisión de los votantes, siempre en favor de Partido Socialista.
Y agrega que "Cuando hace una encuesta, con dinero público, se supone que sabrá el verdadero resultado, pero también se presume que hará público el que le interese al citado partido, que es quien lo tiene en el cargo. O sea, que hará lo que le ordene Pedro Sánchez, su jefe. Todas las encuestas daban como ganador de estas elecciones al candidato del Parito Popular, el señor Alfonso Fernández Mañueco, como así ha sido. Todas menos la de Tezanos, quien ya se equivocó también escandalosamente en la Comunidad de Madrid. Y no pasó nada. Este señor tendría que ser cesado hoy mismo", o mejor detenido.
El sanchismo viola el derecho fundamental de los ciudadanos a ser verazmente informados por otras vías igualmente sucias, entre ellas comprando periodistas y medios, que a cambio de recibir jugosos contratos de publicidad y otras concesiones opacas, mienten, ocultan verdades que no gustan al sanchismo y realizan una propaganda repugnante y arbitraria a favor de los que gobiernan y pagan.
Lo que está ocurriendo en el CIS es una de las manifestaciones visibles mas escandalosas del comportamiento sanchista, tramposo, truculento, mentiroso, descarado y contrario a la ética, las normas y las leyes que rigen en las democracias.
Francisco Rubiales