Definimos como tiempo de trabajo, aquel que se tarda para realizar una tarea. Este tiempo puede contemplarse desde la perspectiva del tiempo de mano de obra, o bien, desde el tiempo invertido por algún recurso. En el primer caso hablaremos de horas de trabajo y en el segundo de horas-máquina.
Pero, ¿de qué se compone el tiempo de trabajo? Pues, fundamentalmente se compone de cuatro partes:
1. Contenido básico del trabajo. Es la cantidad de trabajo invertido en una unidad de producción en condiciones idóneas.
2. Trabajo suplementario debido a un mal diseño del producto, a una mala utilización de materiales o a una mala definición de las normas de calidad.
3. Trabajo suplementario debido a métodos ineficientes de producción. Distribución del espacio de trabajo ineficiente, manipulaciones inadecuadas, pérdidas de tiempo por cambios de formato, métodos de trabajo mejorables, deficiente control de existencias, etc.
4. Trabajo suplementario por faltas de asistencia de los empleados, trabajo mal ejecutado o trabajo inseguro o insalubre.
La información anterior nos lleva a la conclusión de que se despilfarra gran parte del tiempo y, por lo tanto, gran parte de los recursos. Además, podemos añadir que la responsabilidad de este despilfarro es de la organización.
¿Cómo podemos disminuir el despilfarro?
Vamos a enumerar los diferentes motivos de despilfarro dando alguna indicación de cómo mejorarlos:
- Diseño del producto. Simplificar y normalizar el diseño del producto. Eliminar modelos que no tengan una venta suficiente.
- Aprovechamiento de los materiales. A la hora de diseñar el artículo y su proceso tener en cuenta el grado de aprovechamiento de los materiales.
- Normas de calidad correctas. Definir correctamente los parámetros de calidad. La calidad por exceso incrementa el trabajo, mientras que por defecto incrementa los rechazos y retrabajos.
- Utilización adecuada del espacio de trabajo. Analizar la distribución en planta estudiando los recorridos de los productos, materiales y personas para llegar a la distribución óptima, evitando desplazamientos innecesarios.
- Manipulación adecuada de los materiales. Adecuar los medios de transporte y manipulación para una óptima gestión de los materiales, reduciendo el tiempo y el esfuerzo.
- Optimización de los cambios de formato. Mejorar la planificación y el control de producción para reducir el número de cambios de tareas. Normalizar los procesos y los productos para mejorar el tiempo de cambio.
- Implantación de métodos de trabajo eficientes. El estudio de los métodos de trabajo nos permitirá reducir los ciclos e incrementar el aprovechamiento de los recursos.
- Control de las existencias. Establecer mecanismos de control de las existencias con el fin de reducir al máximo el nivel de inventarios necesario para desarrollar la producción.
- Mantenimiento productivo. Implantar procedimientos de TPM (mantenimiento productivo total) con la finalidad de garantizar el funcionamiento eficiente de la maquinaria y un alargamiento de la vida útil.
- Mejora del absentismo. Conseguir una dirección del personal que permita la participación y consiga que los empleados se sientan integrados en un entorno de trabajo satisfactorio.
- Trabajos ejecutados adecuadamente. Desarrollar planes de capacitación del personal garantizará una correcta ejecución de las tareas, consiguiendo el nivel de productividad, calidad y seguridad adecuados.
- Garantizar un entorno de trabajo seguro. La seguridad en el trabajo es una inversión. Los métodos de trabajo deben evitar los accidentes, sobreesfuerzos, sobrecargas, posturas forzadas y cualquier otro aspecto que pueda incidir negativamente en la salud del trabajador.
Una vez enumerados todos los aspectos que inciden en la generación de despilfarros le corresponde a cada empresa definir un plan de actuación con el objetivo de ir mejorando cada uno de ellos.
Autor Enrique Álvarez Negosheva - info@organizapymes.com