Las claves para bajar de peso son alimentarse de una forma equilibrada, hacer ejercicio y evitar tentaciones. Ése es el único secreto para combatir los kilos de más y, al mismo tiempo, mejorar nuestra salud sin hacer sacrificios.
1-ELIMINAR TOXINAS: En muchas ocasiones, basta con depurar el organismo a fondo para desembarazarse de esos 2 o 3 kilos de más que tanto nos molestan. -Comer fruta entre horas: En lugar de rtomarla después de las comidas, es mejor hacerlo a media mañana o a media tarde. Con el estómago vacio, se absorben mejor los nutrientes y aumenta su capacidad depurativa. Si es posible, es mejor comerla con piel y mejor entera que en zumo. -Hidratarse de forma adecuada: Beber ocho vasos al día y procurar que en nuestra dieta no falten alimentos ricos en agua (especialmente frutas y verduras) nos ayudará a perder peso sin que nos demos cuenta de ello, ya que el agua es saciante y elimina las toxinas de nuestro cuerpo. -Aliarse con las infusiones depurativas: Sustituiremos el café por una tisana de cola de caballo, diente de león, té verde, tomillo o alcahofa. Si os gusta endulzarlas, en lugar de azúcar, es mejor añadirles una cucharadita de miel o de azúcar moreno.
3-CONFIAR EN LOS ALIMENTOS AMIGOS. -Intentar comer menos carne: Es un alimento nutritivo pero tomado en exceso, sobre todo cuando se trata de carnes rojas y procesadas, puede causarnos serios problemas de salud, además de llenarnos el cuerpo de toxinas. Siempre que sea posible, es mejor sustituirla por pescado (más ligero y saludable), carne magra o de ave y mejor aún por proteínas vegetales (tofu, seitán, quinoa, mijo...). -Cambiar a los desnatados: Los lácteos son nutritivos y están muy buenos pero también son calóricos y ricos en grasas saturadas. Es mejor sustituir la leche y el yogur enteros por sus variedades desnatadas y empezar a introducir en nuestra dieta alimentos nuevos como el tofu, la leche de soja, arroz o avena, etc. -Poner la sal bajo candado: Añadir demasiada sal a los alimentos nos hace retener líquidos y ganar volumen. además de reducir su consumo, es mejor evitar aquellos alimentos que la contengan en gran cantidad como las conservas, los salazones, los embutidos, la mayoría de snacks, los precocinados, etc.