Cómo pintar un mueble lacado: pasos y consejos

Por Anad

Si estás pensando en dar un aire más nórdico o minimalista a tu estancia, la pintura de muebles y otras superficies puede ser tu gran aliado. Como no puede ser de otra forma, siempre recomendados contar con pintores profesionales para realizar este tipo de trabajos, especialmente si no dispones de mucho espacio o tiempo disponible. Pero si estás con ganas de probar tus dotes manuales, aquí te explicamos cómo pintar un mueble lacado en blanco y te damos algunas informaciones esenciales. ¡Vamos al lío!

¿Qué es el lacado?

El lacado es el proceso por el cual un mueble es pintado con esmalte-laca, un producto que es liso, presenta un aspecto suave y puede resultar brillante o satinado. Se trata, además, de un producto muy resistente a lo largo de los años y muy fácil de limpiar.

Existen dos tipos de esmalte-laca: acrílico y poliuretano. Su diferencia reside en su base, que puede ser al agua o sintética. Este último, el de poliuretano, necesita aguarrás para su disolución (así como para su posterior limpieza), por lo que seca más lentamente, desprende olor y resulta más difícil su aplicación sobre el mueble en cuestión. Sin embargo, es el más efectivo y el que queda más perfecto, a pesar de que en ningún caso el resultado se asemejará al industrial.

Este tipo de pintura se puede aplicar indiscriminadamente sobre muebles de forja o hierro, así como sobre muebles de exterior o de interior. Se trata, sin duda, de una técnica que nunca pasa de moda y que le dará un toque muy chic a tus muebles, sobre todo si te decides por unos muebles lacados en blanco, ya que esté color siempre será una apuesta segura. Además, los muebles lacados en blanco siempre conseguirán que tus habitaciones sean más luminosas y límpidas.

Herramientas para pintar un mueble lacado en blanco

Pero dejémonos de explicaciones teóricas y pasemos a la parte práctica: ¿qué herramientas y productos se necesitan para conseguir unos muebles lacados en blanco?

  • Esmalte-laca acrílica o de poliuretano (para unos muebles lacados en blanco necesitaremos que sea de este color).
  • Pintura selladora.
  • Rodillo para lacar, que será de un tamaño adecuado al mueble en cuestión.
  • Pinceles y brochas para los pequeños retoques y llegar a los recovecos.
  • Agua, disolvente o aguarrás para la disolución de la pintura.
  • Lija o lana de acero de grano fino.
  • Guantes para protegernos las manos.
  • Trapos de tela o algodón que no dejen restos.
  • Cera incolora para la protección del acabado.

Lo cierto es que si no cuentas con nada de esto en casa, puede suponer algo de inversión económica, y también de espacio para guardar los restos! Para saber si te compensa, puedes ver cuál es, en media, el precio de pintar muebles si lo dejas em manos profesionales.

Cómo pintar un mueble lacado en blanco

¿Y cuál es el proceso para tener unos muebles lacados en blanco? Sin duda, se trata de un proceso delicado, pues cualquier mal brochazo puede dejar marcas indeseables, que harán más difícil que tus muebles lacados en blanco queden impecables. Por ello. es más recomendable el uso del rodillo, pues dejará un acabado liso y suave.

Estos son los pasos para pintar un mueble lacado en blanco:

  1. La superficie del mueble debe estar limpia y seca, así como lijada o reparada en caso de haber imperfecciones o alguna pequeña brecha.
  2. Aplicar la base selladora para conseguir un acabado más homogéneo (el poro de la madera se cerrará y así no absorberá tanta pintura).
  3. Lijar suavemente y no olvidar retirar el polvo con un trapo que esté limpio y que no deje restos.
  4. Con un rodillo específico, dar dos manos de esmalte-laca de color blanco (si el mueble fuera muy pequeño, utilizar una brocha con cerdas suaves). Y no olvides lijar entre capa y capa, una vez esté completamente seca la pintura.
  5. Aplicar cera incolora con una brocha o un trapo.
  6. Frotar con otro trapo limpio para sacarle brillo al mueble.

Entonces, ¿te atreves a cambiarte a los muebles lacados en blanco? Todo el mundo se merece disfrutar de su espacio renovado y los muebles merecen una segunda oportunidad. ¡A veces es cuestión de color!