Tenía esta entrada programada desde hace pocos días y, revisando mi maltrecho lector de feeds (por el retraso en la lectura que voy acumulando), veo que los compañeros de Somos Medicina lo han tratado mucho mejor que yo y de manera más sintética.
No tiene sentido pues que yo duplique ningún tipo de información, por lo que he reescrito la entrada y os animo a que leáis primero la de Somos Medicina.
El dato numérico sobre la estimación de coste es:
0,88 €/GB/año
~ 0,07 €/paciente/año * n
n = cantidad de años de los que tenemos datos de ese paciente
Sinceramente, no me parece demasiado caro, la verdad, sobre todo teniendo en cuenta que este precio tenderá a la baja constantemente, a medida que la tecnología se vaya abaratando… algo que ocurre cada vez más rápido. Como suelen decir los informáticos, “el disco es barato“.
De todos modos, no cuento con datos fehacientes, pero estoy completamente seguro de que el precio de mantener nuestros archivos con historias de papel es muchísimo mayor… por no hablar de los costes de transporte, la ineficiencia en la búsqueda de información y demás. Desde este punto de vista, la opción electrónica es una clara ganadora.
Pero creo que es importante tratar el asunto del precio de mantener nuestras historias clínicas electrónicas, porque es algo en lo que no se suele pensar, pero es que, además, me lleva a otras consideraciones.
Y es que, aunque la legislación indique que la historia debe conservarse al menos 5 años, en la práctica se está guardando “sine die“. Está claro el crecimiento indefinido de la información por paciente no tiene ningún sentido práctico y pienso que deberíamos ir centrándonos seriamente en iniciativas como el CCR (el “continuity of care record” o registro de continuidad del cuidado) un estándar para mantener un resumen de lo más importante en lo que respecta a la historia de salud de una persona.
En principio, cada profesional que interviene en la historia de una persona debería actualizar el CCR para que sólo lo importante de su intervención quede registrado. El CCR debería ser un resumen dinámico, en constante actualización y que permitiera a cualquier profesional que no conociera de nada a la persona, saber todo lo relevante sobre la salud de la misma, permitiéndole actuar sin riesgos por desconocimiento de información. En este sentido, debería existir un profesional responsable de darle coherencia a dicho documento: ¿quién mejor que el médico de familia para este papel?
Por tanto, si tuviéramos un CCR en condiciones, ¿por qué no plantearnos que toda información con más de 5 años de antigüedad se borre directamente?
Esto puede sonar un poco tajante, claro, pero podríamos moldear nuestros sistemas de información para que no fuera tan así:
- En el caso de las imágenes (lo que más espacio consume con diferencia), podríamos marcar aquellas que, por su normalidad o por tener copias más recientes que le restan relevancia, podrían eliminarse a los 5 años.
- Tal y como escribo esto, pienso que otra alternativa sería mejor: marcar toda aquella imagen que se considere relevante (es mejor situar el proceso de selección activa aquí), borrándose toda imagen no marcada a los 5 años.
- En el caso de la información escrita, podríamos tener algo similar. Por ejemplo, aquella información que se haya incluido en el CCR, podría marcarse para su borrado a los 5 años.
Actualmente, nuestros sistemas de información no están preparados para esto. Al menos los que yo conozco… hay un miedo terrible a borrar información de las personas; ¡incluso aquella que no está correctamente identificada! Todo por el miedo al “y si” y “al de la bata negra“. Pero esto no debe ser óbice para que no consideremos posibles alternativas y trabajemos en ello.
Las historias clínicas electrónicas no deben ser una imagen de las historias clínicas en papel… una mera acumulación de “papeles” que llega a ser tan grande que buscar algo se convierte en misión imposible… ¡aprovechemos la tecnología! ¡Hagamos que nuestras historias clínicas se conviertan en algo más al hacerse electrónicas!… ¿he oído 2.0? ¿Y 3.0?
Fuentes: Somos Medicina y Life as a Healthcare CIO.