El invierno posiblemente sea la época más dura para practicar ciclismo de montaña. Sin embargo es una época en la que practicar este deporte tiene mucho encanto para algunos. Hay bikers a los que les encanta el frío y el barro.
No solamente el biker tiene que estar preparado para afrontar esta época, sino que también tenemos que tener preparada nuestra bicicleta. Hay tres puntos fundamentales que tenemos que revisar y mantener adecuadamente en esta época: los frenos, los neumáticos y la transmisión.
Frenos
En el invierno tenemos que poner especial atención a los frenos. Las pastillas de freno se van a desgastar con mucha más rapidez sobre todo en condiciones de lluvia y barro.
Por lo tanto, si vamos a salir a pedalear en estas condiciones es aconsejable mirar antes de cada salida cuál es el nivel de desgaste de las pastillas de freno.
En el caso de que fuéramos a realizar una ruta de tipo maratón con condiciones de lluvia y barro es recomendable llevar un juego de pastillas de freno de recambio con nosotros. Si la la ruta va a durar un número de horas considerable corremos el riesgo de quedarnos sin pastillas en mitad de la ruta.
Hay tres tipos de pastillas de freno: orgánicas, semimetálicas y metálicas. En esta época del año es una buena opción poner pastillas metálicas, que aunque ofrecen una potencia de frenado algo menor que las orgánicas o semimetálicas, tienen una mayor duración.
Neumáticos
Otro de los puntos clave son los neumáticos. Ellos son el único punto de contacto que tiene la bicicleta con el terreno, por lo que su revisión y mantenimiento es crucial.
Por un lado tenemos que controlar las presiones. Cuando el terreno está húmedo o embarrado las presiones de los neumáticos tienen que ser bajas. Así ganaremos en agarre y sobre todo en seguridad.
El tipo de neumático que llevemos montado también es importante. Hay neumáticos específicos para estas circunstancias. Son aquellos que tienen los tacos altos y separados entre sí. Con este tipo de neumáticos ganaremos notablemente en agarre y en seguridad, ya que evacuan el barro mucho mejor que unos neumáticos rodadores. En contraposición perderemos eficacia rodando por caminos con buen firme.
Transmisión
Por último tenemos que estar muy atentos a la transmisión de la bicicleta. Con lluvia y barro los componentes de la transmisión sufren especialmente. Deberemos usar aceites o ceras específicos durante el invierno.
Con este tipo de aceites específicos lograremos mantener bien lubricada la transmisión en estas condiciones. No obstante es muy aconsejable llevar con nosotros un pequeño bote de aceite o cera para poder engrasar la transmisión en la propia ruta.
Los lubricantes específicos para terrenos húmedos tienen unas propiedades específicas que van a mantener la transmisión lubricada durante más tiempo que los lubricantes de verano. No obstante, al tener una mayor densidad atraen más la suciedad y el polvo.