La otra tarde acudí a la presentación de un libro. Suelo hacer eso de vez en cuando, aunque no conozca ni al autor ni al libro, ya que esto me proporciona varias cosas interesantes:
Por un lado, puedo conocer a un autor o su obra y que me guste. Creo que tener una mentalidad abierta y ser receptivos con cosas nuevas (ya sean libros, cine, actividades, arte, música…) nos puede enriquecen mucho. ¡Cuántas cosas no habremos descubierto aún que nos encantarían! Yo he encontrado muchas de las que me gustan ahora así, sin pensarlo, por casualidad, y qué mejor manera que dejar que el arte nos encuentre.
Pero hay que ponérselo fácil, y por eso voy a museos, exposiciones, conciertos y demás eventos, donde este tipo de cosas puedan sorprenderme.
Además, y como escritores o “proyectos de”, nos viene muy bien presenciar presentaciones de libros ya que nos pueden dar ideas y hacernos aprender de aquellos escritores que han llegado a tener cierto éxito ya que han conseguido publicar con una editorial grande y tienen los suficientes lectores como para poder hacer una presentación del libro.
A lo mejor ese aprendizaje es “lo que no nos gustaría hacer en nuestra hipotética presentación” ya que el autor o los presentadores nos parecen unos pedantes, unos creídos, unos aburridos, unos arrogantes… O a lo mejor, y por el contrario, nos parecen buenos ejemplos a seguir, humildes, agradecidos y que se expliquen bien.
La teoría creo que nos la sabemos, pero he acudido a muchas presentaciones de libros y os puedo decir que muchos escritores pecan de ser del primer tipo de oradores y que ni siquiera se dan cuenta de ello.
Para no caer en esos errores también nosotros, ya que a veces es difícil analizarse a uno mismo, recomiendo hacer antes algunas de estas cosas, para intentar no cometerlos:
1. Grabarse para uno mismo. Verse después y analizar cómo comunicamos, qué tono de voz tenemos, si nos hacemos entender, cómo es nuestra postura, etc. Esta técnica nos ayudará a conocernos mejor y a saber qué es lo que ven los demás cuando nosotros les hablamos. Nos ayudará a coger soltura y confianza en nosotros mismos.
2. Tomar ejemplos. Seguro que hay personas que seguimos que nos gusta cómo se expresan. No se trata de imitarles, pero sí de preguntarnos por qué nos atraen o por qué consiguen trasmitir tan bien.
3. Guioniza tu presentación. Haz una guía previa con las ideas que quieras trasmitir, puedes seguirla en el discurso si así te vas a sentir más seguro/a cuando hables, mirando los puntos más importantes. Puedes ensayar antes para ver cómo quedaría comentar esos aspectos.4. No pasa nada. Si nos equivocamos, nos quedamos en blanco o decimos algo fuera de lugar, lo más seguro es que no ocurra nada, porque todos somos humanos y nos equivocamos, además en muchos de estos casos, si nuestra actitud es humilde, a la gente no le molestará, incluso en ocasiones le parecerá hasta entrañable. Saber salir de la equivocación con naturalidad es más importante que intentar taparlo, ya que quieres han ido a escucharnos ya lo han oído y podría parecer que les estamos tratando de tontos.5. No puedes gustar a todo el mundo. Quienes han ido a verte, han ido por algo. Agradéceles que lo hayan hecho y si hay a alguien a quien decepcionas o no le gustas, no te sientas mal, ya que es imposible que podamos agradar a todo el mundo con nuestras palabras.
6. Que alguien de confianza nos diga qué podemos mejorar. No nos sirven los aduladores ni los criticones que no nos van a decir las cosas con cariño. Una crítica constructiva a tiempo nos va a ayudar a ser mejores hablando en público.
Y vosotros ¿tenéis alguna técnica que os facilite hablar en público?¿Os interesa el tema? podemos hablar más sobre esto en el blog. Blog de literatura con recomendaciones de libros, consejos para escritores noveles, muchas curiosidades e información de la escritora Elena Cardenal y de todos sus libros publicados.