Muchas personas se encuentran muy alarmadas por la situación que hoy se vive, a causa de la pandemia del COVID-19. Estar preparados para su afrontamiento incluye la serenidad para pensar y actuar adecuadamente. Ante situaciones difíciles que experimentamos los seres humanos, conservar estados mentales positivos, ayuda a no vivenciar un elevado nivel de estrés.
¿Cómo mantenernos en un estado psicológico favorable en medio de la adversidad que supone, estar expuestos a una enfermedad contagiosa y peligrosa?Lo primero que corresponde es seguir todas las indicaciones que se han dado, para las labores de prevención. Eso implica también preparar a otros que dependen de nosotros, como pueden ser los niños, adolescentes, adultos mayores, entre otros. Una parte de las medidas tienen que ver con el funcionamiento de las instituciones escolares, círculos infantiles y centros laborales. Todos podemos servir como evaluadores de las acciones preventivas y participar activamente, colaborando, aportando ideas o llamando la atención sobre cualquier cuestión que lo requiera. Es momento de que actuemos unidos, en una misma dirección.
Eso nos reportará la tranquilidad que todos necesitamos.
Es imprescindible también mantenernos debidamente informados. Sin embargo aquí debemos detenernos a analizar tres aspectos de interés:
- La contextualización de la información: En los tiempos que corren, los soportes digitales viabilizan una gran cantidad de noticias e informaciones de todo tipo, algunas incluso muy locales, provenientes de regiones que están recibiendo en estos momentos el intenso azote del Coronavirus y que se encuentran en una situación epidemiológica muy compleja y diferente a la nuestra. Esa información es de utilidad para ir ganando experiencia, pero debemos ser capaces de estudiar los datos que se ofrecen y observar que la adopción de medidas, marcha en correspondencia con las circunstancias concretas de cada región. Así mismo resulta vital, que le otorguemos un valor primordial a los contenidos informativos proveniente de los medios de comunicación de nuestro país, sobre todo en lo relativo a lo que está ocurriendo en Cuba. Nuestra conducta debe orientarse a ello y no a los sucesos de otras latitudes.
- La confiabilidad de la información: Hay que tener en cuenta también, que mucha información que circula, no proviene de fuentes confiables. Existe una tendencia a otorgarle validez a todo lo que se muestra en un soporte tecnológico, pero realmente un porciento no desestimable de lo que llega a nuestras manos, no es material seguro ni válido. Ante una información nueva, debemos siempre buscar confirmación en otras fuentes. De preferencia acudir a sitios y medios de comunicación oficiales de los diferentes países. Por una actitud cívica de responsabilidad social, no debemos convertirnos nosotros mismos en replicadores de noticias alarmantes, si no hemos verificado el rigor de dicha información. El ambiente que se va generando, influye sobre todos.
- La capacidad personal para lidiar con información emocionalmente negativa: cada persona conoce su tendencia a reaccionar cuando se enfrenta a contenidos desagradables como es el caso de todo lo que se está divulgando en relación con el COVID 19. En ese sentido, si Ud. se reconoce como alguien que se impresiona fácilmente y que se afecta psicológicamente, o si ya ha podido verificarlo durante estos días que estamos viviendo, debe dosificar el volumen de información que maneja. Una sugerencia sería seguir solamente los noticieros nacionales principales y tomar distancia de todo lo demás que circula de mano en mano, a través de teléfonos y ordenadores.
Insistimos en la necesidad de que nuestras alertas vayan en congruencia con la situación que estamos afrontando. Las emociones tienen el papel de orientar nuestra conducta, por eso sentir un poco de ansiedad y preocupación en estos momentos, es normal y nos lleva a respuestas adaptativas necesarias, o sea a protegernos y proteger a nuestros seres queridos. Pero cuando activamos emociones negativas de gran intensidad y de manera sostenida en el tiempo, pueden ocurrir dos comportamientos inadecuados: una parte de las personas pueden comenzar a funcionar mal desde el punto de vista psicológico, con la expresión de diversos síntomas y alteraciones, mientras otra parte puede experimentar una saturación mental y como respuesta a ello, distender las medidas de protección, comenzando a adoptar conductas de riesgo.
Necesitamos sosiego, serenidad, acciones concretas de prevención, así como confianza en las autoridades y expertos que están al frente del control de la situación epidemiológica del país. Mantenernos con una buena salud mental, es también necesario en el afrontamiento del Coronavirus.