El 15% de las parejas españolas tiene problemas de fertilidad. Cada vez más parejas tienen problemas para concebir de forma natural y deben recurrir a la reproducción asistida, que supone el 3% de los nacimientos. Pero el tema es tabú, no se habla… Hay mucho mito, mucho consejo “de los de toda la vida” y poca base médica y científica.
Para paliarlo, Juan Antonio García Velasco, director del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) en Madrid, ha escrito el libro “”Quiero ser madre. Los secretos de la fertilidad”. Leyéndolo, caen los mitos y surge un proceso más sencillo de lo que parece.
Es interesante saber que la especie humana no tiene una alta eficiencia reproductora. En condiciones normales de hombre y mujer sanos, ambos fértiles, ella en el momento propicio de su ovulación, una relación sexual sólo tiene un 20% a 25% de posibilidades de acabar en embarazo. Esto significa que, intentándolo en los días fértiles, pueden ser necesarios 4 o 5 meses para concebir. Y esto es válido en todas las personas, aunque unas parezcan más fértiles por aquello de quedarse en estado “nada más intentarlo”.
Si a esto unimos los periodos no fértiles del ciclo menstrual o un patrón no adecuado de frecuencias en el acto sexual, la dificultad de quedar embarazada es evidente. Se aconseja practicar sexo de dos a tres veces por semana, preferiblemente en los días más fértiles, justo antes y después de la ovulación.
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El reloj biológico de las mujeres en la barrera de los 40 causa presión y estrés. No hay que agobiarse. No hay que organizar la vida sexual en torno a la reproducción y hacer sentir al varón como “un inseminador”. No hay que culpabilizarse o culpabilizar a la pareja. No hay que obsesionarse viendo embarazadas en cada calle y en cada tienda y preguntarse “¿por qué yo no?”
¿Cuándo hay que comenzar a preocuparse? Depende enteramente de la edad de la madre. Hasta los 35 años, se puede intentar “ir a por el hijo” durante uno o dos años. A partir de ahí conviene ayuda especializada. Para mayores de 36 años, un plazo superior a 6 a 12 meses ya es motivo de preocupación.
¿Qué es necesario comprobar en la consulta de fertilidad?
-Ver si los espermatozoides están bien y se mueven
-Ver si las trompas son permeables
-Ver si la ovulación es normal
-Ver el estado del útero
Con este examen básico, los especialistas pueden valorar si la solución es sencilla o compleja y aconsejar el tratamiento más adecuado: inseminación artificial, fecundación in vitro (FIV) o donación de espermatozoides y óvulos. El éxito de la reproducción asistida en España es muy alto: un 90% de las parejas consigue quedarse embarazada. Un porcentaje superior al de otros centros en todo el mundo.
El factor clave es la edad de la mujer, es necesario insistir en ello. En un momento histórico en el que las parejas retrasan la decisión de tener un hijo, la edad es determinante. Hasta los 35 años, la mujer está en situación óptima de concebir. A partir de los 40 caen seriamente las posibilidades y “a partir de los 45 no es imposible pero es francamente muy difícil”, afirma García Velasco.
También la exposición a tóxicos, presentes en el aire de núcleos urbanos, reduce la calidad de los espermatozoides y de los ovocitos. Somos por tanto menos fértiles que nuestros padres y abuelos. Varios estudios españoles e internacionales lo corroboran.
Otros factores como el tabaco, el alcohol, la cafeína o el sobrepeso contribuyen a la reducción de la fertilidad. Y sin ser preocupantes, es aconsejable controlarlos.
Por último, olvidemos los remedios sin base científica sobre posturas, alimentos afrodisíacos o rituales antes, durante o después del coito. Con seguridad, serán más útiles para echar unas risas que para concebir un bebé.
Recordemos por último que hoy día es sencillo congelar los embriones de las parejas jóvenes que quieran posponer el momento de ser padres. Y que la reproducción asistida ya no es un tabú, como recuerda el doctor García-Velasco señalando que “en los últimos años el porcentaje de pacientes que ha crecido de forma exponencial es el de mujeres alrededor de los 35 años, sin pareja o con una pareja que no tienen muy claro que quieran que sea el padre de sus hijos y que saben que el tiempo está pasando de forma muy rápida”.
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