Éste es un consejo que me dió mi abuela y que voy a compartir. Las berenjenas guardan un punto de amargor que puede restarle sabor, para "quitarlo" sólo necesitamos agua, sal y unos minutos de paciencia.
Preparamos un recipiente con agua y sal, y una vez tengamos cortada la berenjena, para la elaboración del plato que gustemos, la introducimos en el recipiente y la dejamos unos minutos, podremos observar el cambio de color en el agua hacia un tono amarillento. Cuando sea el momento de cocinarla, la escurrimos y listo!!!