Cómo recuperar la normalidad tras la Navidad

Publicado el 09 enero 2017 por Braisly @BraisLY

“Típica estampa invernal”

No debería ser coincidencia que normalidad y Navidad rimen, después de lo poco que simpatizan; aunque quizás sea culpa nuestra que no se acerquen ni siquiera un poco. Si también estás intentando alcanzar un poco de tranquilidad tras las fiestas navideñas, y a veces sientes que se te hace demasiado cuesta (de enero) arriba, pues sigue leyendo y al menos intentemos reflexionarlo juntos/as.

La burbuja navideña

Aunque no celebremos religiosamente la Navidad, ya son unas fiestas demasiado globalizadas y comercializadas de por sí, por lo que es muy difícil evitar el acceso a esa burbuja. O quizás habría que asemejarla a una pompa de jabón, esa misma que te mantiene observándola con una mezcla de entretenimiento y fascinación, para después estallarte probablemente en la cara y dejarte totalmente desorientada/o.

Aún sin querer, nos sumergimos en la Navidad de lleno y obviamente también sufrimos esa especie de depresión post-navideña de la que todo el mundo habla en estos días.

La Navidad como excusa

Puede que no te agraden los días más significativos o que los vivas con indiferencia, pero hablando con un poco de franqueza, reconozcamos que es prácticamente imposible evitar al menos alguna de esas reuniones que utilizan de excusa a la Navidad para llevarse a cabo.

Y este es quizás el punto más triste de estas fiestas ya pasadas. Pareciera como que la magia de la Navidad hiciera que todas esas personas que nos rodean, estén más pendientes de nosotros/as que de costumbre. Y es triste que haya que excusar a la magia de la Navidad de todo ello, cuando probablemente hemos necesitado a esas personas en cualquier otro momento del año.

En el trascurso de esos días, el contexto de la burbuja a la que hacíamos referencia, es por lo general positivo, pero una vez que acaba y se explota, toca también volver a la normalidad con la sensación de que sólo ha sido un bonito sueño.

Lo mejor de la Navidad

Seguro que os he hundido un poco más de lo que estábais y creedme que no era mi intención. Sabemos que no todo es un camino de rosas y flores, y siempre hay que tener en cuenta lo negativo para seguir mejorando. Y ya hecho el balance negativo, vayamos a por lo mejor de la Navidad.

Llevo todo el artículo haciendo demasiada referencia a personas a las que no les gusta la Navidad, pero no les queda más remedio que sucumbir; pero a las que os encanta esta época, aún no os he dicho nada. Que conste que estas líneas son vuestras igualmente, porque nos guste o no la Navidad, cuando se acaba todos sentimos ese mismo vacío.

Porque en el fondo, reconozcamos que es bonito ver cómo, utilizando la excusa de la Navidad en un aspecto positivo, conseguimos reunir a esa familia que se encuentra separada porque algún miembro no vive precisamente cerca; cuando disfrutamos más el tiempo en familia gracias a las vacaciones; cuando vivimos la ilusión de los pequeños, cuyas vacaciones la enfocan a disfrutar de esta época; cuando aprovechamos cualquier oferta navideña para irnos a pasar unos días viajando por otro país; o sencillamente cuando decides disfrutar con tus amigos/as un fin de año como si el mundo acabara esa misma noche.

Sea cuál sea la situación, la experiencia o la aventura, todo ello forma parte de ti y del recuerdo que tendrás de esa Navidad 2016/2017.

Extrapolar esa positividad al resto del año

Recién estrenamos año, los Reyes Magos de Oriente acaban de dejarnos más carbón que en una mina, y ahora toca volver a esa temida normalidad tan rutinaria.

De hecho, el próximo lunes 16 de enero, viviremos eso que en los últimos años los investigadores conocen como “Blue Monday” (Lunes azul), que supuestamente es el día más triste del año, debido a la finalización de la Navidad, la famosa “Cuesta de enero” y el declive climático debido al invierno, si hablamos con respecto al bloque europeo – asiático.

Hoy mismo, los más pequeños regresan al cole, y los más mayores retoman su actividad laboral; aunque tengamos en cuenta que no todo el mundo tiene vacaciones de Navidad, porque hay trabajos que directamente no entienden de festivos o de fines de semana.

Vaya, indirectamente te estoy diciendo que no te quejes demasiado porque si al menos has tenido vacaciones, has sido más afortunado/a que otros/as; aunque tu vuelta quizás sea algo más drástica.

Pero nuevamente, sea cuál sea la situación, tenemos que quedarnos con lo bueno. Deberíamos haber absorbido suficientemente esa positividad de los buenos momentos vividos en Navidad, para ahora incrementar nuestras fuerzas para asumir nuevamente nuestros quehaceres diarios.

Aunque no queramos reconocerlo, la rutina es sumamente necesaria, precisamente para que apreciemos en mayor medida esos momentos maravillosos, y en ocasiones totalmente inesperados, que nos brindan dichas fiestas o cualquier otra cirscunstancia anual.

Mentalidad Fitness en Navidad

A veces, escribo y escribo, y termino por dejarme atrás los temas que prioritariamente trabajamos en el blog. Últimamente os avasallo a temas de motivación y desarrollo personal, pero no por ello debemos olvidarnos de los temas físicos y relacionados con la alimentación.

En estas fechas, probablemente hayamos continuado con total normalidad nuestras rutinas saludables, o por el contrario hemos podido sucumbir a la tentación de los turrones y mantecados; pero aún así, nos sigue uniendo la misma meta: continuar incrementando nuestra salud.

Cada persona disfruta la Navidad de forma distinta, todas ellas igual de válidas.

¿Nos hemos pasado un poco o bastante? Ningún problema.

Pregúntate: ¿He disfrutado? Si la respuesta es positiva, no mires más que poner de nuevo el rumbo hacia el mismo objetivo que te trae a leernos cada semana: ser mejor, mental, física y saludablemente.

Fuera culpabilidad y arriba propósitos

¿Acaso aún no has retomado tu vida saludable? Tranquilidad. No te auto-martirices. Vamos, ponte el traje de batalla, sal ahí fuera y mientras das un paseo o una buena carrera, piensa que tienes delante un año lleno de posibilidades y oportunidades para descubrir todo aquello que puede hacer que seas más sana/o, y a su vez más feliz.

Siempre me ha parecido una tontería que tengamos que cambiar de año para fijarnos propósitos, ya que los cambios  pueden tener lugar en cualquier momento, pero ¿y si este año sí que eres capaz de cumplirlos?

Yo que tú no me quedaría con la duda…

Gracias por leerme, hasta la próxima.

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