Si creas un inventario de todas las cosas que tienes pendientes de hacer, acabas con una lista de tareas con más que 100 acciones. ¿Cómo puedes elegir con eficacia la mejor tarea de una lista tan grande? Efectivamente, no se puede. Por eso hay que subdividir esta lista tan grande en partes más pequeñas; hay que crear una sub-lista por contexto. Javier Arnal lo explica así:
Hacer un filtrado de acciones para reducir a un contexto es fácil con los gestores de tareas que tenemos hoy en día. De lo que se trata es de tener, rápidamente, a mi alcance las acciones que estoy en condiciones de hacer eficazmente. Por ejemplo, si tengo en mi lista de próximas acciones sesenta acciones y hago un filtrado por contexto “concentrado” puedo reducir las posibilidades de actuar ahora a siete acciones. Es más fácil elegir lo que voy a hacer de una lista de siete acciones que de una lista de sesenta. Eso nos reduce muchísimo el estrés y aumenta la eficacia tremendamente.
Aunque se puede crear una lista por ‘nivel de concentración’ necesario para hacer la tarea —yo también lo hago, el ejemplo que usa Javier no es un contexto. Un contexto es un requerimiento físico para poder hacer la tarea, por ejemplo un lugar, una herramienta o una persona. Divide tu lista por contextos y lo tendrás más fácil elegir la próxima acción para hacer.