Como regalar flores un acto de magia cotidiano

Por L

Colombina Parra – Flores como gatos (2011)





“…si miro bien capaz que hasta aparezca ella” dice Colombina en el primer track de esta aventura solista, y ya de entrada provoca esa idea de alejamiento a todo el trabajo que llevaba acumulado con su banda (y casi como un adagio, esa Colombina de Los Ex! no aparece). Es que esta vocalista es otra, todo lo iracundo de su voz y los arreglos esquizofrénicos y acelerados acá, no están por ninguna parte. De una dulzura que descoloca de inmediato, se vale de suavidad sónica para envolvernos desde “Flores como gatos” hasta “Anoche te pille durmiendo”. Todo en estas ocho canciones afirma a gritos “Menos es más”.
Originalmente este conjunto de canciones no deberían haber salido a la luz, ya que eran simples ejercicios personales en que mediante tomas rusticas grabadora en mano, iban transmitiéndose capítulos personales en canciones de una simplicidad estilística muy natural.
Estas fueron completadas con la ayuda de su hermano y de ahí se pueden sacar unas cuantas características mas, estas seis cuerdas derrochan picardía y figuras melódicas que completan en un TODO las intenciones de Colombina. Es imposible negarse al encanto de composiciones como “ La camilla o la máscara de gas” o “Rompecabezas”.
Pero de ¿Dónde viene este drástico giro de timón?. Veamos hay imágenes, escenas, confesiones que por mas que se intente no pueden ser representados con la veracidad requerida. Para este caso la justificación proviene desde el mismo vientre de la creadora. El embarazo le dio otra perspectiva a sus creaciones, bueno sumado a su estadía en la playa mientras esta condición duró. Dotaron de un ingrediente de gracia y sutilezas las formas de los temas, que a primeras lecturas como decía en los párrafos iniciales, puede chocar, pero es solo por lo brutal del cambio. Y no porque fuese una dirección premeditada. Simplemente es la opción honesta y tal vez una que no vuelva a tomar de nuevo al largo plazo. Ella misma reconoce que luego de acabada este embarazo, las canciones retomaron ese carácter rudo, amenazador y raspante tan conocido en su carrera con la banda.
Ocho canciones de deslumbrante sencillez y crudeza lirica (no todo es color de rosa con la señorita Parra), le dan el agridulce a esta casi media hora de duración. Episodios chocantes como “Vamos a almorzar”, el desquicio vocal de “No te vayas a aburrir por mientras” o la magia cotidiana expelida por “Mi casa ideal”. Aunque tal vez el encanto se vea mas incrementado en los últimos tres track que con un aberrante candor son imposibles de despegar de nuestras retinas sónicas- solo para quienes sepan apreciar esta autobiografía acústica, a uno lo invade cierto dejo de nostalgia cuando se termina “Anoche te pille durmiendo” y eso ya es bueno. Aunque bueno las opiniones pueden ser diferentes tomando en consideración, apreciaciones contrarias a esta faceta por quienes acostumbraban a visitar esa furia desatada, ausente sensiblemente acá. 
Mas, buscar lo que no esta puede resultar un distorsionador para saborear lo que a todas luces..si lo está.
Por último alguien me dijo por ahí, parecen canciones de cuna, muy lúdicas, si obviamos algunas letras, tal vez sea así, canciones para su hija, despojadas de la habitual furia, pura cadencia, pura modestia u modestia pura, como sea el orden de los factores no altera para nada la homogeneidad “mágica” de este trabajo. Un disco tan femenino, que a uno lo deja como descolocado y ya acuñando términos ajenos, yo hasta..hasta..lo tacharía de realismo mágico…
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