Cómo rezar el Rosario de las Santas Llagas de Jesús.

Por Diegoserranomx
El Rosario de las Santas Llagas nace de una revelación dada por nuestro Señor Jesucristo en el siglo XIX a la hermana María Martha Chambon, religiosa de la Orden de la Visitación. 
Entre otras cosas, el Señor le pidió difundir la devoción a sus Santas Llagas, signo del sufrimiento en la cruz que por amor padeció en favor nuestro, revelándole que sus llagas son un tesoro y una fuente infinita de la Gracia Divina, a la que debíamos recurrir sin cansancio todos los cristianos para obtener perdón, misericordia y muchas otras gracias particulares con las cuales sostener nuestra vida de fe.
Nuestro Señor Jesús le dijo a la Hermana María Martha: "Con estas invocaciones eres más poderosa que un ejército para detener a mis enemigos".
Así que recomendamos ampliamente practicar y difundir esta hermosa devoción.
¿Cómo rezar el Rosario de las Santas Llagas de Jesús?
Tomando la camándula (rosario), en la Cruz diremos: "Oh Jesús, Redentor Divino, se misericordioso con nosotros y con el mundo entero".
En las siguientes tres cuentas diremos: 
- Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero. (en la primera cuenta)
- ¡Perdón! ¡Misericordia, Jesús mío! Durante los presentes peligros, cúbrenos con tu preciosa Sangre. (en la segunda cuenta).
- Padre Eterno: Ten misericordia por la Sangre de Jesucristo, tu Hijo único; ten misericordia de nosotros, te lo suplicamos. Amén, amén, amén.
En las cuentas grandes, pensando en Jesús crucificado, haremos una adoración a cada una de las 5 Llagas (una por cada decena). Por ejemplo, en la primer cuenta grande, diremos:
Jesús mío, yo adoro las Santas Llagas de tus pies, y por el dolor que en ellas sufriste y la Sangre que de ellas derramaste, te suplico que perdones mis pecados y que tengas misericordia de mi alma y la de todos mis hermanos.
Padre Eterno, yo te ofrezco las Llagas de nuestro Señor Jesucristo, para que cures las llagas de nuestras almas.
En las 10 cuentas pequeñas diremos:
Jesús mío, perdón y misericordia, por los méritos de tus Santas Llagas.
En la segunda cuenta grande para iniciar la segunda decena, diremos:
Jesús mío, yo adoro la Santa Llaga de tu costado, y por el dolor que en ella sufriste y la Sangre que de ella derramaste, te suplico que perdones mis pecados y que tengas misericordia de mi alma y la de todos mis hermanos
Padre Eterno, yo te ofrezco las Llagas de nuestro Señor Jesucristo, para que cures las llagas de nuestras almas.
En la tercera, cuarta y quina cuenta grande solo cambiará la Llaga (Llaga de la mano izquierda, Llaga de la mano derecha, Llagas de la cabeza).


Al finalizar las cinco Llagas y para concluir el Rosario diremos tres veces:

Padre Eterno, yo te ofrezco las Llagas de nuestro Señor Jesucristo, para que cures las llagas de nuestras almas.