En ese sentido, vamos a abordar la manera en cómo se puede crear un sistema en el que se puedan discriminar dichas opciones; con el objetivo de escoger aquella que vaya más acorde a satisfacer las necesidades de quienes estén interesados(as) en incrementar las arcas financieras personales.
Los proyectos de inversión son propuestas de negocios que buscan ser financiadas con capitales frescos. Se puede acceder a ellos por dos vías: Pública o privada. La primera se ve cuando dichas propuestas son expuestas en los mercados bursátiles, mientras que la segunda implica un trato directo entre quien crea el proyecto y quien esté interesado(a) en capitalizarlo.
Para ello existe la gestión de inversiones. Esta tiene como misión implementar sistemas de búsqueda y selección de proyectos de inversión, partiendo del perfil de quien tiene la intención de financiarlos. En otras palabras, es una acción continua que sugiere estar al tanto de lo que está sucediendo en el mercado, de manera que se puedan identificar las oportunidades que permitan la generación de riqueza.
Por lo que, al hablar de la creación de capitales se alude a la manera en que la persona hace acopio de fondos que sirvan como ancla a la hora de financiar las propuestas, mientras que la generación de riqueza es la forma en cómo se materializa dicha financiación.
Es importante resaltar que la palabra riqueza no necesariamente implica abundancia, sino excedentes o beneficios que viene de la mano de las inversiones. Es decir, en la medida en que creen utilidades entonces se está generando riqueza.
Ante toda esta realidad la pregunta que surge es: ¿ Cómo saber en qué proyectos de inversión invertir?
Para responder a este cuestionamiento hay que partir de los tres elementos básicos de toda inversión: Rentabilidad, riesgo y tiempo. Sobre ellos es que se fundamenta toda la estructura de las inversiones y son los que permiten tener un desarrollo efectivo de las mismas. De manera que, la identificación de los proyectos de inversión va a depender del perfil de inversionista que se tenga.
En ese sentido, el sistema de selección debe incluir aspectos que comparen las diferentes propuestas asignándoles un valor o peso a cada aspecto partiendo del perfil de inversión. Por ejemplo, si una persona tiene un perfil de inversión enfocado a capitalizar proyectos conservadores, entonces su enfoque debe estar dirigido a las propuestas de bajo riesgo, baja rentabilidad y largo tiempo.
En el caso contrario, si el perfil es de alguien no conservador entonces el enfoque es tendiente a riesgos altos, alta rentabilidad y tiempos cortos.
Este tipo de acciones se pueden desarrollar de forma individual o bien acceder a la asistencia profesional. En ambos casos lo que determinará el destino del capital será la manera en que se estructure la gestión de la inversión y cómo esta se logre ajustar a la realidad individual de la persona.
En ese sentido, si le interesa profundizar en cómo elegir sus proyectos de inversión, le invitamos a adquirir el libro Estrategias de Inversión en mercados inciertos, escrito por Santiago Maggi, haciendo clic en la imagen, y si esta entrada le ha sido de utilidad le invitamos a compartirla y comentarla.