La tarjeta de crédito es uno de los principales instrumentos de deuda dentro del mercado financiero. De hecho, una encuesta Gallup realizada en abril del 2014 en Estados Unidos revela que el 33% de la población que reside en esta nación tiene de una a dos tarjetas de crédito[1] esto se traduce en que alrededor de 104 millones de personas tienen acceso a esta herramienta de financiación a corto plazo.
Pero al mismo tiempo, el uso inadecuado de ella representa una de las principales causas de desbalance en la gestión financiera personal, a razón de que el financiamiento de la misma es uno de los más costosos dentro del mercado y por ende, cuando se sale de control, sus efectos tienden a ser de alto impacto negativo.
A todo esto, una de las interrogantes que suelen hacerse las personas es ¿cómo sacarle provecho a la tarjeta de crédito? Y para ello, vamos a señalar algunos puntos que le hace provechosa los/las tarjetahabientes.
Sin duda alguna el provecho número uno de la tarjeta de crédito es el mismo crédito. Ya que le permite a la persona acceder a un préstamo a corto plazo, que si se maneja adecuadamente, es libre de costo.
Ello va a depender en gran parte de la organización y el control que se tenga de la tarjeta. Es decir, en la medida en que la persona sepa diferenciar deseos de necesidades y utilizarla para asuntos puntuales y no para imprevistos o emergencias, entonces el crédito se torna en una ventaja hasta en términos comerciales. Ya que si se logra tener una rotación de inventario conforme a los períodos o ciclos financieros de las tarjetas, entonces, quien financia las operaciones es la institución financiera que emite la tarjeta.
El crédito público es la manera en que los comercios e instituciones financieras ven a las personas, partiendo del riesgo. Es decir, qué tan probable es que una persona sea fiel a sus compromisos financieros.
En ese sentido, la tarjeta de crédito es el instrumento de mayor incidencia a razón de lo rápido que se actualiza la información y del peso que tiene dentro del algoritmo que calcula la calificación crediticia.
Por lo tanto, el manejo adecuado de la tarjeta permite a la persona tener un mejor desempeño en el tema del crédito público y esto le abre puertas a ciertos servicios como alquiler de vehículos, servicios telefonía, etc.
En esencia las tarjetas son iguales en términos de servicio y funcionamiento. No obstante, se diferencian en los beneficios que ofrecen, entre ellos, los programas de fidelización. Los cuales le permiten a la personas acumular puntos por las acciones de consumo que realicen, que luego se traducen en cupones intercambiables en el pago de los balances o bien en comercios afiliados a la tarjeta. Esto sin tomar en cuenta las promociones y concursos de temporada.
La tarjeta de crédito es un instrumento que viabiliza y materializa el consumo a modo de préstamo. El manejo adecuado de tiene efectos positivos en la gestión financiera y representa provecho en la medida en que se utiliza en aspectos relevantes a la gestión financiera efectiva.
En ese sentido, si le interesa profundizar en el tema de tarjetas de crédito le sugerimos adquirir el libro Los Enredos de las Tarjetas de Crédito: Consejos cómo utilizarlas eficazmente escrito por Emerson Hernandez haciendo clic en la imagen más abajo. Y si esta entrada le ha sido de utilidad, le invitamos a compartirla y a comentar. Sus aportes y opiniones son importancia porque enriquecen el debate en esta comunidad.
[1] Estadísticas Tarjeta de Crédito Consultado 19/06/15