Una de las decisiones más difíciles que se nos presentan en la vida es renunciar a nuestro trabajo actual, bien sea para buscar más dinero o para estar más a gusto en general. Si esta decisión te llena de ansiedad, prueba leer este artículo sobre 9 razones para dejar tu empleo hoy mismo y no arrepentirte, estoy segura de que te quitará mucho peso de tus hombros.
Sin embargo, existen muchas otras situaciones que con solo pensar en ellas nos ponen los vellos de punta. Un viaje, un trabajo, un hijo, una nueva actividad que queremos probar, incluso una salida.
En este artículo te daré algunas claves para que te arriesgues a hacer eso que siempre has querido hacer y nunca lo has hecho por ponerte excusas. Déjalas de una buena vez y empieza a vivir tu nueva vida.
- Cree en ti mismo
Ok, es exactamente la misma frase que has escuchado desde siempre, pero es lo mejor que puedes hacer por ti mismo. No importa si ya una vez te arriesgaste, o intentaste algo nuevo y no funcionó o fracasaste, date la oportunidad de intentarlo de nuevo.
Estoy segura de que la vida te ha enseñado muchas lecciones desde entonces, que ya tienes más experiencia y la suficiente experticia para salir bien parado de cualquier situación.
- Imagina todo lo que puede salir bien
Sé que a veces es difícil imaginarse eso y, en su lugar, dejarse llevar por los pensamientos pesimistas y buscar mil razones por las que todo puede salir mal.
Pero, por solo un momento, piensa que tienes éxito, que todo sale bien. ¿Qué ganarías? ¿Una nueva experiencia? ¿Dinero? ¿Cumplir el sueño de tu vida? No sé tú, pero yo pienso que vale la pena luchar por todo eso, y dar lo máximo de uno mismo.
- Elabora un plan
Si te lo tomas todo a la ligera o lo haces de manera impulsiva, es mucho más posible que las cosas no salgan como tú quieres. Mejor elabora un plan paso a paso de todo lo que vas a hacer y cómo lo vas a hacer. No te olvides de contemplar todas las posibilidades y lo que puede salir mal, para saber cómo solucionarlo en caso de que ocurra, y que no nos tome por sorpresa.
- Traza una fecha límite
Esta es una forma de presionarte a ti mismo, pero es efectiva. Al menos a mí me funciona bien, y a ti te puede funcionar si eres del tipo que trabaja mejor bajo presión. Es una buena forma de organizarte, y de proponerte metas claras, no del tipo “algún día me iré de mochilero”, o “algún día dejaré mi trabajo y crearé mi propia empresa”, sino ponerte fechas reales, para que sea más tangible.
- Da pequeños pasos
Quizás no te atrevas a tatuarte todo el cuerpo de un día para otro (además de que es imposible), pero puedes empezar por cosas pequeñas que te hagan sentir más confianza en ti mismo y, si es posible, te vayan acercando a tu meta.
Por ejemplo, si es de tatuajes, prueba hacerte uno pequeño, ver cómo manejas el dolor y todo lo que implica. Cuando veas lo bien que te queda y cómo te sientes contigo mismo por haberte arriesgado, no dudarás en hacerte otro más grande.
- Prepárate para lo peor
Por desgracia, por mucho que lo intentemos y que planifiquemos, las cosas no siempre saldrán bien. Pero no te preocupes, la cuestión es superarlo, aprender y tomarlo como una anécdota más que contar, porque si no tienes ninguna, ¿qué le contarás a tus nietos?
Solo levántate y vuelve a intentarlo, pues ahí reside el secreto de los emprendedores, los visionarios, los líderes.
Así que, no hay ningún secreto ni ningún truco infalible. La vida consiste en tomar riesgos, a veces se gana o se pierde, pero siempre se aprende, y eso es lo más importante. Recuerda que, para superarte a ti mismo, debes luchar con todo lo que tengas.