Revista Belleza

Cómo Salirte Con La Tuya Esta Navidad Sin Convertirte En El Grinch De La Familia

Por Mariola Azores De Bustarviejo @MariolaAzores
Cómo Salirte Con La Tuya Esta Navidad Sin Convertirte En El Grinch De La Familia
Es un cliché, pero no por ello deja de ser menos cierto -e incómodo-: estas semanas están muy lejos de ser una época de paz, amor y buena voluntad. Cuando la Navidad llama a la puerta, incluso aunque te cuentes entre aquellos que le abren su corazón de par en par, a veces es inevitable ponerse un poco nervioso: Las invitaciones a fiestas, comidas y cenas se acumulan, tu jefe te presiona para entregar todos los proyectos antes de que llegue enero o de que te marches de vacaciones, las obligaciones familiares son incontables... 
La buena noticia es que puedes salirte con la tuya sin convertirte en el Grinch de la Navidad. Que puedes decir que no. Que estás en tu derecho de no llegar a todo. Que eres libre de declinar los compromisos que no solo no te van a hacer más feliz sino que van a suponer una presión extra a añadir a estos días. Piénsalo. No haces más que desearle una feliz Navidad a todo el mundo, ¿es que no quieres que la tuya también lo sea?
Cómo Decir Que No En Navidad

1. Prioriza las invitaciones
Cenas, comidas, fiestas, meriendas, comienzan ya a acumularse en tu agenda. Incluso pueden llegar a coincidir dos invitaciones para el mismo día. ¿Cómo decir que no para que la presión y el estrés no maten el buenrollismo de estas fiestas? Lo primero será elegir qué eventos significan más para ti y en cuáles los anfitriones realmente valoran más tu presencia. Una vez hecha la criba escribe o telefonea para declinar el resto de invitaciones asegurándote de dejar claro cuánto agradeces que hayan contado contigo así como que te encantará poder asistir el próximo año o veros en otra ocasión.
2. Bloquea a los aguafiestas 
¿Sabes quiénes son los auténticos Grinch de la Navidad? Esas personas tóxicas que en cuanto llega diciembre sienten la desagradable necesidad de bombardear a todo el mundo con su negatividad. Y si durante el resto del año ya es complicado lidiar con estos vampiros de energía en estas semanas ya se convierte en algo a lo que, sinceramente, no quieres tener que enfrentarte. A mí se me ocurren dos maneras de decir que no a estos aspersores humanos de malas vibraciones:
-La primera de ellas es no responder a sus llamadas ya que estas se convierten siempre en larguísimas conversaciones -más bien monólogos por su parte- que te restan tiempo de atender a las demás obligaciones que se te acumulan durante estos días. No le cojas el teléfono a los aguafiestas, hazlo por tu propia salud mental. Si más adelante tienes un hueco o tu espíritu navideño está sediento de redención devuélvele a esa persona tóxica la llamada.
-La segunda es poner límites al tiempo que puedes dedicarle. No pasa nada si le dices que solo dispones de unos pocos minutos para charlar porque tienes que cocinar, decorar tu casa o salir a comprar unos regalos.
3. Acepta que los demás no entenderán tus decisiones
Tal vez este año será la primera Nochevieja que no pases con tu familia porque te apetece salir de viaje esos días. O estés pensando en no cenar como siempre en Nochebuena con tus padres sino con los de tu pareja. Romper las tradiciones no es fácil, mucho menos en Navidad. La mejor forma de hacerlo pasa primero por explicarles a los demás por qué vas a hacer las cosas de forma diferente esta Navidad. Y segundo por aceptar que puede que haya alguien que ponga mala cara y que cuestione tu decisión. Mentalízate para no convertirlo en una bronca: mantente firme, pero hazlo con cariño.
4. Habla con tu jefe
¿A quién no le ha pasado? Es llegar diciembre y todo el mundo en tu empresa se vuelve loco: los clientes, los jefes, los compañeros. Pero es que ahora resulta que a la lista de diez proyectos que debes entregar antes del 1 de enero tu superior ha decidido añadir otro más. Como no hay forma de llevarlo todo a cabo (y con éxito) y no te quieres pasar las vacaciones amargado pensando en trabajo, levanta el trasero de la silla y ve a hablar con tu jefe. Lleva contigo tu lista de proyectos asignados y pídele que te marque las tres prioridades que sí o sí deben estar resueltas antes de que finalice el año.  
5. Ponte un presupuesto
Hay que ver qué cara te sale la maldita Navidad. Porque no se trata solo de los regalos que tienes que comprar, sino de todas esas comidas, cenas, fiestas, etc. etc. a las que tienes que ir. En este caso lo que hay que hacer es decirse no a uno mismo. Pregúntate qué es lo que te puedes permitir y no te salgas de tu presupuesto poniéndote a ti mismo cualquier excusa barata, nunca mejor dicho.
¿Con qué te cuesta más decir no en Navidad?


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