Los niños juegan, y no paran quietos, por lo que es muy fácil que se caigan y se hagan pequeñas heriditas o golpes, que son muy normales, pero que debemos aprender a curar adecuadamente los mismos padres.
Cuando un niño llega a casa con una herida que, aunque no sea grave, es llamativa, se siente asustado.
Esa sensación desaparecerá si los padres le demostramos que controlamos la situación, y que no tenemos miedo. Si, además, hablamos con él y le explicamos con palabras que pueda entender lo que le estamos haciendo, se sentirá seguro.
Procedimiento de cura
Lo primero que debemos hacer es limpiar la herida, y desinfectarla. Mojando una gasa esterilizada con agua y jabón lo tendremos fácil para conseguir limpiarla, y luego es necesario que la aclaremos con un buen chorro de agua.
Una vez bien limpia, debemos asegurarnos de que la desinfectamos bien, y la mejor manera es aplicarle un buen chorro de clorhexidina, en dirección hacia el exterior de la herida, para arrastrar las posibles bacterias. Ya solo nos queda tapar la herida con un apósito para asegurarnos de que no roza.
En el caso de que la herida sangre, deberemos seguir el mismo procedimiento, pero presionando sobre la herida con unas gasas para intentar cortar la pequeña hemorragia.
El botiquín de una casa con niñosEn todas las casas no debe faltar un botiquín que nos asegure poder hacer unas curas mínimas, pero en el caso de las familias con niños pequeños se convierte en algo indispensable, para curar estas pequeñas heridas que todos se hacen, tarde o temprano.
No vamos a acudir a urgencias por un pequeño corte, o una quemadura leve que haya sufrido nuestro hijo jugando, así que necesitamos disponer de un botiquín con lo elementos básicos para hacer frente a este tipo de problemas.
Antes que nada, debemos recordar la importancia de que este botiquín sea hermético y esté colocado lejos del alcance de los niños, para evitar que sus juegos acaben siendo un problema para su salud. También nos puede resultar muy práctico tener un minibotiquin en forma de bolsa para ir al parque, con los elementos necesarios para curar una pequeña herida.
Es necesario que organicemos un botiquín básico, que nos permita estar tranquilos ante cualquier contingencia que le pueda pasar a nuestro hijo, y que necesite curarse, pero no una asistencia médica de urgencias. Para empezar, debemos procurar que tenga todos los elementos necesarios para una cura, como antisépticos, suero, gasas, vendas y, evidentemente, unas tijeras y esparadrapo, básicos para manipular cualquier pequeña lesión.
También merece la pena que seamos prevenidos, y que tengamos en el botiquín una crema antiinflamatoria para los golpes, una para pequeñas quemaduras, y un antihistamínico, en previsión de que el niño entre en contacto con algo que le de alergia.
Finalmente, merece la pena que no olvidemos tener provisión de ciertos medicamentos, que se venden sin receta, pero que resultan indispensables para solucionar el dolor que produce una herida o una lesión, como el paracetamol y el ibuprofeno.