La cara de Doña Sara. Se dibuja un redondel, – con lapicero o pincel-; mucho pelo, mucho moño, ojos, cejas, y un retoño; nariz chata, de alpargata, las orejas, como almejas, los pendientes, – relucientes-, las pestañas, como arañas, boca de pitiminí, es así, la cara de doña Sara.
El cuerpo, otro redondel, tan grande como un tonel, y en él se dibuja ahora, la falda de una señora, falda, blusa, delantal, pierna flaca, otra normal, los zapatos de tacón, con hebilla y con pompón.
¡Qué señora tan señora, doña Sara, servidora!