Pero una dictadura no se disuelve fácilmente. Porque articula un conjunto de intereses personales, económicos y geopolíticos que no desaparecen con el dictador. Fue necesaria mucha determinación y mucha sangre para llegar a este punto. Desbordado por la imprevisible rebelión popular, Mubarak intentó lo que ningún país había hecho hasta ahora: desconectar todos los proveedores de servicio de internet, todas las redes móviles y la recepción de Al Yazira. Mi análisis técnico de la gran desconexión muestra que no fue posible desconectarlo por completo por las múltiples contramedidas que adoptó la comunidad internauta, con la colaboración de algunas empresas como Google y Twitter. Y también porque la red de conexión de la bolsa egipcia no se pudo mantener cerrada so pena de colapso financiero, y eso permitió redireccionar parte del tráfico. Pero lo
Es un proceso abierto y peligroso. Pero algo ya está claro: cuando las mentes se liberan del miedo nada detiene el poder de los pueblos.
Manuel Castells